Según informó la MCI y recoge en su denuncia, estos hechos son de gravedad por atentar contra la dignidad de las personas y vulnerar libertades fundamentales, así como el respeto a los sentimientos religiosos y a los difuntos.

El presidente de la MCI, Esteban Ibarra, declaró a Servimedia que se trata de una "agresión y profanación neonazi" en un lugar de memoria y respeto, con grafitis de carácter “ofensivo y simbología” vinculada al grupo ultra de fútbol Ultrasur.

La organización también subrayó que estas acciones se producen en un contexto de “crecientes manifestaciones de antisemitismo a nivel internacional y en España". Asimismo, en el texto de denuncia, la comunidad judía expresó su “profunda preocupación” ante este ataque, tanto por el carácter simbólico e histórico del lugar como por la utilización de mensajes pro-nazis.

El MCI remitió una nota al Ayuntamiento de Segovia y solicitó la investigación de los hechos y la depuración de responsabilidades penales. Por su parte, la Federación de Comunidades Judías de España (FCJE) solo condenó los hechos de forma "enérgica" en un mensaje por redes sociales en el que también acusa a grupos Ultraaur.