"Condenamos de la forma más rotunda esta exigencia de Israel" que afecta a más de un millón de personas, declaró Raquel González, responsable de Relaciones Institucionales de Médicos Sin Fronteras.

A su juicio, la orden de evacuación dada por el Ejército israelí a los 1,1 millones de habitantes del norte de la Franja de Gaza resulta "un ultimátum indignante e irresponsable". "Reagrupar a un número tan elevado de personas en unos pocos kilómetros cuadrados no hará sino agravar la crisis humanitaria que ya existía", alertó.

MSF mostró además su gran preocupación ante el "enorme número de civiles que no podrán abandonar el norte de la Franja y que quedarán a su suerte una vez expire el ultimátum israelí".

Por ello, MSF solicitó oficialmente establecer "zonas seguras no afectadas por el conflicto para las poblaciones que no puedan huir", incluidos hospitales donde puedan dirigirse.

MSF confirmó que sus equipos internacionales, formados por una veintena de personas con base en el norte de Gaza, se han trasladado al sur de la Franja. En cuanto a los 300 trabajadores pertenecientes al personal palestino, actualmente es difícil verificar su situación.

Algunos de ellos están intentando marcharse al sur con sus familias y MSF intenta ayudarles a encontrar refugio. Otros, en particular el personal médico, permanecerán en el norte para tratar a los enfermos y heridos.