De hecho, en el sepelio, el actual líder de UGT, Pepe Álvarez, señaló que Redondo aguantó las torturas de la dictadura pero no sucumbió nunca a la adulación, a los cantos de sirena de los Gobiernos y poderes económicos”.

Álvarez definió a Redondo como “el padre de medio país” o “de casi todo” y lo calificó de “hombre coherente” y “valiente” que “supo estar siempre para los trabajadores y trabajadoras”. “Nos deja una herencia que hoy ya forma parte del día a día del quehacer del sindicalismo en España”, remarcó Álvarez, quien pidió contribuir de forma permanente a que los jóvenes y las futuras generaciones conozcan su figura.

"Se puede hablar de autonomía sindical. Se puede declarar en todos los Estatutos, pero él hizo algo más. La practicó siendo plenamente consciente de los riesgos que ello tenía”, aseveró el secretario general de UGT, quien elogió que dejara su escaño cuando sintió que no se estaban defendiendo los derechos de los trabajadores. Igualmente, dijo que “ha sido el forjador de lo que hoy llamamos en España la unidad sindical. Una unidad sindical que casi en exclusiva se practica en España”.

También intervino quien fuera secretario de Organización del sindicato con Nicolás Redondo, Antón Saracíbar, quien repasó la trayectoria de Redondo y recordó que “sufrió la represión franquista”. Además, alabó que “siguió el ejemplo y las consignas de su padre” y su compromiso con las organizaciones socialistas, al tiempo que destacó su papel en la elaboración del Estatuto de los Trabajadores.

Saracíbar dejó su escaño del PSOE junto a Redondo, lo que explicó que se debió a que el Gobierno de entonces no estaba satisfaciendo la “deuda social” que había con la clase trabajadora. Eso sí, aclaró que esa dimisión no se debió a una confrontación personal con Felipe González, como “algunos torticeramente” dijeron.

ÚLTIMO ADIÓS

Antes del entierro, tras su fallecimiento el martes por la noche en Madrid a los 95 años, se instaló la capilla ardiente en la sede central de UGT, donde distintos representantes del ámbito político, social, económico y mediático acudieron también a dar el último adiós a Redondo. La capilla estuvo abierta durante el miércoles y hasta el mediodía de este jueves, cuando el cortejo fúnebre se dirigió al Cementerio Civil en torno a las 12.00 horas.

Hasta el cementerio se acercaron el exvicepresidente del Gobierno y exsecretario general del PSOE Alfonso Guerra; el secretario general de CCOO, Unai Sordo; su predecesor en el cargo Ignacio Fernández Toxo; el exsecretario general de UGT Cándido Méndez; el actual secretario general de UGT, Pepe Álvarez, y el padre Ángel, entre otros.

En el sepelio, los restos de Redondo fueron recibidos con un fuerte aplauso de los asistentes, en un modesto acto cuyo broche de oro sonó a ritmo de la ‘Internacional Socialista’.

Así, desde este jueves, los restos de Nicolás Redondo Urbieta descansarán en el Cementerio Civil, donde reposan personalidades y ciudadanos anónimos republicanos, de izquierdas, representantes de la Institución Libre de Enseñanza y personas que profesaban otros ritos religiosos distintos del catolicismo.

Entre ellos, destacan el fundador del PSOE y de UGT, Pablo Iglesias (1850-1923); la histórica líder comunista Dolores Ibárruri (1895-1989); el fundador de CCOO, Marcelino Camacho (1918-2010), que, como dato curioso, descansa a pocas tumbas de Nicolás Redondo; el creador y director de la Institución Libre de Enseñanza, Francisco Giner de los Ríos (1839-1915); los ministros socialistas de la Segunda República Francisco Largo Caballero (1869-1946) y Fernando de los Ríos (1879-1949); el histórico líder socialista y de la UGT Julián Besteiro (1870-1940); y los presidentes de la Primera República Nicolás Salmerón (1838-1908), Francisco Pi i Margall (1824-1901) y Estanislao Figueras (1819-1882).

El último gran entierro que ha acogido esta necrópolis madrileña de una personalidad republicana de izquierdas fue el de la escritora Almudena Grandes (1960-2021), para cuyo sepelio, como en otras ocasiones en el pasado, muchos madrileños salieron a la calle para despedir a una de sus vecinas ilustres.

CAPILLA ARDIENTE

Más allá del entierro, tanto por redes sociales como en la capilla ardiente se ha ido sucediendo una catarata de muestras de condolencias y homenaje a la figura de Redondo. Así, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, le calificó como “un gran español”, que contiene “la historia más brillante de nuestro país”, vinculada a “causas sociales” como la lucha por la igualdad y la “dignidad” de los trabajadores.

Mientras, el secretario general de UGT entre 1994 y 2016, Cándido Méndez, proclamó: “Nicolás Redondo forma parte de un grupo de personas que protagonizaron un período irrepetible en la historia de España, como es la lucha por las libertades democráticas y la consolidación de la democracia”.

Asimismo, el secretario general de CCOO, Unai Sordo, calificó a Redondo como “una persona con criterio propio” que “hizo en cada momento lo que consideraba que era más útil para los intereses de los trabajadores”.

Mostraron también sus condolencias la Casa del Rey; el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo; y la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, quien alabó la trayectoria de Redondo en defensa de los derechos de los trabajadores.

Igualmente, la contraparte de los sindicatos en el diálogo social también quiso tener un recuerdo para Redondo. De este modo, la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) expresó su “pésame” y resaltó que su labor “ha contribuido a construir la España que hoy conocemos: un país democrático, abierto y moderno”. También mostraron su gratitud por la labor de Redondo las organizaciones de autónomos UPTA y ATA.