Los investigadores británicos recopilaron y estudiaron los historiales médicos de 9.000 personas nacidas en la misma semana de abril en 1970. El análisis mostró que el peligro de padecer asma era mayor cuando el reción nacido pesaba menos de dos kilos, lo que achacaron a trastornos producidos en el desarollo de los conductos respiratorios y pulmones.

Asismismo, el estudio demostró que las mujeres obesas tenían el doble de posibilidades de presentar síntomas asmáticos que quienes tenían un peso normal, lo que los investigadores estiman que puede tener relación con los estrógenos o con la reducción de la capacidad de los conductos respiratorios debido a una vida sedentaria.