Festividades

La Navidad, el Ramadán y el Año Nuevo Chino cambian la contaminación lumínica mundial

- Según un estudio con participación del CSIC

MADRID
SERVIMEDIA

Las grandes festividades de las diferentes sociedades humanas modulan los patrones de contaminación lumínica a escala global. Así, la Navidad cristiana, el Ramadán musulmán, el Año Nuevo chino o el Diwali hindú, provocan que la intensidad de la iluminación nocturna varíe en función de la celebración que esté en curso.

Esa es la conclusión de un estudio realizado por un equipo de investigación del Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC), el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) y la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC), y publicado en la revista ‘People and Nature’.

El trabajo pone de manifiesto la estrecha relación entre los niveles de contaminación lumínica y la actividad cultural de la sociedad, unos efectos que se extienden más allá de las zonas urbanas.

La transformación del paisaje nocturno que provoca la luz artificial, comúnmente conocida como contaminación lumínica, es una marca inconfundible de la actividad humana en la Tierra, y tiene graves consecuencias para los organismos vivos.

“Comprender cómo las actividades humanas influyen en la contaminación lumínica es clave para evaluar su impacto y diseñar posibles medidas de mitigación”, contextualiza Francisco Ramírez, del ICM-CSIC.

Ramírez añade: “Trabajos anteriores habían relacionado el desarrollo económico de los países con sus patrones de contaminación lumínica, determinando que, en general, son los más ricos los que más contaminan. Sin embargo, esta es la primera vez que se evalúa cómo determinadas actividades socioculturales afectan a la contaminación lumínica a escala global”.

EFECTOS EN MUCHAS ESPECIES

Para la elaboración del trabajo, el equipo analizó imágenes de satélite que muestran la intensidad de la luz entre 2014 y 2019, lo que permitió obtener datos de este tipo de contaminación a escala global.

El análisis posterior confirma que durante la Navidad se produce un pico de contaminación lumínica en los países cristianos, mientras que en los países musulmanes e hindúes los picos anuales coinciden con el Ramadán y el Diwali, respectivamente. En el caso de China y Vietnam, el máximo de contaminación lumínica coincide temporalmente con la celebración del año nuevo.

“Los resultados muestran que festividades y celebraciones que implican grandes concentraciones de personas y el uso de luces nocturnas afectan al patrón estacional de intensidad lumínica, lo que puede tener efectos sobre una gran variedad de especies”, indica Marta Coll, del ICM-CSIC, antes de agregar: “Es lo que ocurre con una gran variedad de especies que se ven atraídas por las luces artificiales, a menudo con consecuencias fatales”.

Por su parte, Airam Rodríguez, del MNCN-CSIC, destaca que las variaciones observadas en los niveles de luz contaminante proveniente de las celebraciones “podrían ser mayores”, pues el sensor con el que se toman las imágenes satelitales utilizadas en el estudio es poco sensible a la luz azulada. “Sin embargo, es precisamente ese tipo de luz, es decir, la emitida en el rango del azul, la más perjudicial para la salud y la biodiversidad”, subraya.

"Este trabajo proporciona una base sólida para desarrollar medidas de planificación y gestión que permitan mitigar los efectos de la contaminación lumínica", añade Andre Chiaradia, de Phillip Island Nature Parks (Australia).

"Los datos obtenidos revelan la necesidad de monitorear de forma continuada este tipo de contaminación para entender su efecto sobre el medio natural y poder desarrollar políticas globales destinadas a promover un uso de las luces artificiales que sea compatible con la preservación del mundo natural”, concluye Chiaradia.

(SERVIMEDIA)
16 Ago 2023
MGR/mmr