La Separ hizo esta consideración con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente, que se celebra este domingo, y apuntó que "un altísimo porcentaje" de las colillas de los cigarros -que contienen unos 7.000 elementos tóxicos, entre ellos el arsénico o el plomo- acaba en el medio ambiente.

Normalmente, las colillas son trasladadas de una u otra forma al medio acuático, donde se degradan en microfibras, que son ingeridas por toda clase de animales marinos y llegan incluso a la cadena alimentaria humana, según Separ, que añadió que los residuos tanto de las colillas como de los productos de vapeo no pueden ser eliminados en su totalidad, incluso tras el tratamiento de las aguas residuales.

"La exposición al humo del tabaco, también de segunda y tercera mano, es decir, en los fumadores pasivos, se asocia a una mayor predisposición de enfermedades cardiorrespiratorias crónicas, cáncer de pulmón, mayor riesgo de agudizaciones y peor pronóstico", precisó Cristina Martínez, neumóloga y coordinadora del área de medio ambiente de Separ.

Martínez subrayó al respecto: "No podemos olvidar que, de acuerdo con estudios internacionales, en el mundo se arrojan al medio ambiente 143.000 colillas por segundo. De hecho, las colillas son el 40% de los residuos del mar Mediterráneo y requieren de aproximadamente 12 años para degradarse".

Según Carlos Rábade, neumólogo y coordinador del área de tabaquismo de la Separ, la ley contra el tabaquismo en España tiene "algunas deficiencias que merece la pena abordar" con el fin de que sea "más eficaz y más eficiente para prevenir que los jóvenes se inicien en el consumo de tabaco, facilitar que los fumadores dejen de fumar y, sobre todo, para proteger la salud de los no fumadores frente al aire contaminado del consumo de tabaco".

Así, esta sociedad viene reclamando "cinco medidas irrenunciables" desde el año pasado para una nueva ley antitabaco: prohibir el consumo del tabaco en espacios públicos; encarecer este producto; instaurar el empaquetado genérico; regular que tanto cigarrillos tradicionales como electrónicos sigan las mismas normas de venta, consumo y publicidad, e instaurar unidades antitabaco en el Sistema Nacional de Salud para que los fumadores abandonen este hábito con terapias.

"Especialmente en este Día Mundial del Medio Ambiente, la prohibición de fumar en lugares públicos es una medida más que positiva, que puede ofrecer beneficios a corto plazo», señaló Martínez, en tanto que Rábade concluyó: "Desde Separ instamos a los responsables de legislar para que este trámite se acelere. Nos estamos jugando la salud presente y futura del ecosistema y de las personas. No podemos esperar más".