Mayores

El nivel de formación “determina” la capacidad de la población mayor de ser “activa”

- Según un estudio de la PMP presentado en un diálogo en Servimedia

VÍDEO: los clientes de Servimedia disponen de imágenes y sonido de estas declaraciones en el enlace https://servimedia.tv/TotalesMayoresFormacionBienestar

MADRID
SERVIMEDIA

El nivel educativo y de formación “determina” la capacidad de la población mayor de ser “activa” en “prácticamente todos los ámbitos”, así como de “implicarse y participar en la sociedad”.

Así se puso de manifiesto durante la presentación del estudio ‘La población mayor en el Estado del bienestar: de las políticas pasivas a las políticas activas’ en el marco de un diálogo en la agencia de noticias Servimedia moderado por su director general, José Manuel González Huesa, en el que participaron el catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Barcelona y coautor del informe, Jorge Calero; el presidente de la Plataforma de Mayores y Pensionistas (PMP), Lázaro González y la presidenta de la comisión ‘Hacia una sociedad con personas mayores activas y saludables’ de la PMP, Cristina Rodríguez-Porrero.

A este respecto, Calero defendió que a “mayor nivel educativo, mayor activación, mayor implicación económica y social”, convencido de que el aprendizaje a lo largo de la vida “es muy importante, importantísimo”.

“Lo enfatizamos muchísimo a lo largo de todo el estudio: cómo las personas con mayor nivel de formación llegan a la edad mayor, a partir de la edad de jubilación, en una situación muchísimo mejor que las personas con menos educación” en todos los ámbitos.

En este contexto, advirtió de que el edadismo o la “discriminación” por motivos de edad “tiene también repercusiones en la salud, directas e indirectas”. “Por ejemplo, sabemos que esta discriminación, provoca un porcentaje elevado de depresiones”, agregó, para subrayar que, “más allá de eso, incluso objetivamente, el edadismo y su naturalización impide el acceso a algunos servicios”.

MUNDO RURAL

Por lo que se refiere a la situación de las personas mayores en el mundo rural, aseveró que existen “muchísimas iniciativas muy interesantes” para “intentar retener y activar” a la población.

“En cierta medida, estas iniciativas tienen muchos contras. pero un pro, que es que en ese entorno la red de amistades, de familia, la red más inmediata de comunidad actúa mejor que en entornos urbanos y eso es una cierta ventaja dentro de todas las desventajas”, apostilló.

Por su parte, Lázaro González denunció que la sociedad es “bastante edadista” y tiene la concepción de que las personas mayores “ya no son activas”. “Que estamos casi esperando a que dentro de pocos años nos venga la muerte”, añadió, para advertir de que hay “un edadismo que es el peor”, en referencia al que se “autoinfligen los mayores”.

“Y eso hay que cambiarlo desde la educación, desde la familia, desde todo el sistema educativo, porque esto impide avanzar”, sentenció, convencido de que el edadismo “retrasa o impide esas políticas de activación”.

ALGO PROPIO DE LA EDAD

En este punto, rechazó que ciertos condicionantes se atribuyan a “algo propio de la edad”. “Dependerá de las circunstancias y de la vida, depende de las personas”, apostilló.

En relación al envejecimiento en el mundo rural, lo consideró “un problema grande, no solo de mayores, sino también demográfico” y abogó por “tener especial atención a las personas mayores y la población rural”, que a su entender, “está muy carente de servicios”, dado que “le faltan servicios bancarios, de salud, de cuidados”.

“Este es un problema grave”, advirtió, para reclamar la importancia de “afrontarlo políticamente entre todos”. “Que no haya ni un solo pueblo sin acceso a Internet de banda ancha, que esté carente de servicios sanitarios, que no haya ni un solo pueblo sin servicios bancarios, donde no haya un sistema de cuidados en casa, porque las personas mayores queremos envejecer en casa y para eso se necesitan servicios”, resolvió.

En la misma línea, Cristina Rodríguez defendió que “este envejecimiento saludable y activo es función de toda la sociedad y, desde luego, de todas las personas”. “Es la propia sociedad y las propias personas las que tienen que hacer este esfuerzo y este cambio por esta sociedad mejor para todas las edades”, agregó.

ENVEJECIMIENTO ACTIVO Y SALUDABLE

Con respecto al envejecimiento activo y saludable, aseguró que le “gusta mucho” el término “participativo”, al entender que “la participación es el elemento esencial del cambio en todo este proceso”.

Tras defender que “no hay que dejar a nadie atrás”, consideró que el objetivo a lograr es “cómo podemos apoyar a todas las personas, personas con discapacidad mayores, personas que tienen distintas dificultades en la vida, para que sean activas y vivan una vida lo más participativa posible”.

A su juicio, “eso supone un cambio que tenemos que hacer todos” y que, según su punto de vista, “se basa en una serie de “d”, que son derechos, dignidad y diversidad”. “Porque somos muy diversos y en el estudio se ve los cruces que hay entre mujeres mayores, entre mujeres mayores que viven en zonas rurales, la cantidad de circunstancias que hay, esta diversidad que tenemos en el reto de la longevidad”, resolvió.

Por último, en relación a la vida en el mundo rural, llamó también a “dar una visión positiva” de la misma, puesto que este entorno “facilita las relaciones intergeneracionales, que son mucho más difíciles en las grandes ciudades”.

“Sin embargo, en un pueblo o población pequeña es muchísimo más fácil y esto es un valor enorme, un valor que está recogido en todas las políticas, en el propio estudio, el valor intergeneracional”, concluyó, consciente de la relevancia de dar “visibilidad a estas oportunidades, a estas cosas buenas” y a las experiencias que hay en “muchos pueblos” para que las personas mayores “sean atendidas” y para que “lo intergeneracional funcione”.

(SERVIMEDIA)
01 Ene 2024
MJR/mjg