Fundamentó su optimismo en los principios de política redistributiva más solidaria y de salvaguardia de las retas actuales que imprengan las propuestas europeas y en la menor utilización de medios humanos y económicos.

Estos recursos liberados, a juicio de Fernández Noriega, se podrían aplicar a otras actividades -artesanales, turísticas, productos no alimentarios, etc.-, para las que los agricultores madrileños tienen una circunstancia de privilegio, debido a la cercanía de un gran potencial de consumidores de estos bienes y servicios.

El consejero de Economía, que acudió hoy a la Asamblea de Madrid par explicar la repercusión de la reforma de la PAC en la región madrileña, precisó que "aunque existen algunos aspectos que complican la gestión administrativa, consideramos acertada la reglamentación propuesta en su conjunto".

La PAC, actualmente en fase de elaboración, introduce una serie de modificaciones que están afectando "de forma importante" a la mayoría de las producciones agrarias de todos los países comunitarios, señaló.

Esta iniciativa europea se concibió inicialmente para mantener los recios y los ingresos de los trabajadores del campo. En los primeros momentos dio frutos positivos, pero, según Fernández Noriega, al pasar la producción agraria a ser excedentaria provocó diversos efectos, algunos de ellos con repercusiones negativas en el medio ambiente.

Estos cambios, producto de la construcción de la nueva Europa, están obligando ya a los agricultores a modificar sus prácticas, buscando un equilibrio en la aplicación de los medios productivos.