La citada coordinadora señala que la encíclica es "un grave atentado a los derechos humanos y una flagrante contradicción con las recomendaciones antidiscriminatorias de la homosexualidad que hicieron el Parlamento y Consejo de Europa".

La reiteraa condena de la homosexualidad por el Papa se explica, según la coordinadora, como "un efecto de la irritación papal ante el avance de los derechos de los homosexuales en varios países y el reconocimiento de las parejas gays y lesbianas en Noruega y Dinamarca, así como su posible legalización en Suecia, Holanda y República Checa".

"Resulta una ironía", prosigue el comunicado, "que el Vaticano condene la homosexualidad cuando la máxima organización de gays y lesbianas, ILGA (International Lesbian and Gy Association), es ya miembro consultivo en diversas instancias europeas y en las Naciones Unidas".

La coordinadora señala también el pernicioso efecto que puede tener la condena papal del uso de los anticonceptivos, especialmente de los preservativos, en la lucha contra el sida.