Los resultados de la campaña contra incendios de este verano han sido calificados de buenos por el citado departamento, ya que de las 89.781 hectáreas que han ardido en lo que va de año, 35.772 corresponden a superficie arbolada (117.122 en 1991) y 54.009 a superficie desarbolada (115.336).

Sin embargo, el númeo de incendios permanece estabilizado, ya que en los nueve primeros meses del año pasado hubo 8.056 y en 1992 ya se han contabilizado 7.898.

El secretario general de Estructuras Agrarias, Luis Atienza, mantuvo hoy una reunión en la sede del Instituto Nacional para la Conservación de la Naturaleza (Icona) con los representantes de la lucha contra incendios de las comunidades autónomas para analizar estos resultados.

Entre las causas que señalaron para justificar la reducción del número de hectárea quemadas, destacan la mejora del funcionamiento de todos los equipos contra incendios y las lluvias que cayeron en junio y julio sobre algunas zonas de la península.

Los participantes en la reunión acordaron extremar las medidas de precaución para las brigadas de combatientes, ya que este año han muerto 14.

Asmismo, decidieron mantener la situación de alerta máxima hasta que el tiempo cambie y las lluvias afecten a la mayor parte del país.