Faraco dijo a los medios de comunicación que está dispuesto a trabajar con la colaboracón de los ciudadanos, porque "no serviría de nada estar todo el día en un despacho sin contar con el apoyo de la sociedad murciana".

Para el nuevo delegado del Gobierno en Murcia, el cargo que se le ha encomendado supone un "reto importantísimo", ya que conlleva el abandono de la profesión de estomatólogo, a la que lleva dedicado 25 años.

Faraco aseguró que le ilusiona "enormemente" volver a la región de Murcia, porque piensa que puede aportar a su partido, el PSOE, su experiencia de viejo militate. El delegado del Gobierno dijo que "mi nuevo cargo me permitirá hacer algo por la región" y recordó un consejo que le dio su padre, quien le decía que "uno no puede ser feliz si los que te rodean no lo son".

"COMISARIO POLITICO"

Mientras tanto, los partidos de la oposición en Murcia, PP e IU, han recibido con escepticismo el nombramiento de Eugenio Faraco como delegado del Gobierno. El secretario general del PP en la región expresó su temor a que el nuevo delegado se convierta en un "comisario poítico, más preocupado de los conflictos internos del PSOE que en ser un gestor que actúe al margen de los sectarismos".

"Han mandado a un dentista porque el Partido Socialista de la región de Murcia padece un fuerte dolor de muelas", dijo Cámara, quien añadió que "no tengo mayor referencia sobre él que el conocimiento de que está ubicado en el sector 'renovador' del PSOE".

Por su parte, el coordinador regional de IU, Pedro Antonio Ríos, indicó que "con este nombramiento se ha demostrado que funcina demasiado la farándula cercana al presidente".