Así lo aseguró el responsable de la Pastoral del Trabajo, el obispo de Osma-Soria Abilio Martínez, en un encuentro informativo en Madrid con motivo del XX aniversario de la proclamación, por la Organización Internacional del Trabajo, del Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo (28 de abril) y ante el aumento de los accidentes laborales.

Martínez subrayó que desde 2013 se está produciendo un incremento de la siniestralidad laboral. "Ir al trabajo y encontrar la muerte es un drama personal y social", remarcó y apeló a observar esta realidad desde la perspectiva de la antropología cristiana y de la Doctrina Social de la Iglesia. "Los trabajadores son personas con una dignidad trascendente. Por eso no podemos normalizar lo que no puede ser normal. Es importante que lo visibilicemos", dijo.

Martínez remarcó que "la vida es lo más sagrado que tenemos" por lo que esta propuesta para proteger los derechos laborales se basa en la apuesta por la vida que defiende la Iglesia, "también en el trabajo", para poner "la persona en el centro".

SALUD MENTAL

"A veces identificamos las enfermedades de trabajo con algo físico, pero también hay problemas de salud mental. Hay muchísimas bajas por depresión en determinadas áreas de trabajo", aseguró, en línea con la referencia que hizo el presidente del Episcopado, cardenal Juan José Omella, en la apertura de la Asamblea Plenaria que reúne esta semana en Madrid a los obispos españoles, y que este jueves dedicarán parte de su programa a la siniestralidad laboral.

"La mayoría de las muertes son evitables", remarcó, por lo que pidió a las administraciones públicas "que velen por el cumplimiento de la legislación laboral", que en España, según el responsable de la Pastoral del Trabajo "es buena". "No se aplica a veces por falta de inspectores", aseguró.

El prelado subrayó que se ha puesto en marcha una Estrategia de Salud y Seguridad en el Trabajo en la que participan diversos actores del ámbito laboral y que aún falta el desarrollo de la mesa de diálogo.

"Nos falta escuchar a las víctimas", prosiguió, pero la CEE tiene "previsto" hacerlo en breve, después de haberse reunido recientemente con representantes sindicales y del tejido empresarial. Según el obispo, las víctimas aseguran que se sienten "muy solas".