Así lo dijeron en un encuentro informativo en la sede del Episcopado en Madrid el presidente de la Comisión Episcopal para las Comunicaciones Sociales, José Manuel Lorca Planes, y el presidente de la Comisión Episcopal para la Liturgia, José Leonardo Lemos.

Lorca reconoció la "preocupación sobre las celebraciones" tras la proliferación de iniciativas a raíz de la pandemia, pues aunque las retransmisiones "hicieron lo posible para que la misa llegara a la gente" se cometieron "errores". Por ello, los prelados, que esta semana celebran una reunión plenaria de la Conferencia Episcopal, proponen unas "mínimas normas que debe tener quien quiera transmitir un acontecimiento tan importante", como que "esté transmitida por profesionales", "con una formación en la Eucaristía". El obispo de la Diócesis de Cartagena remarcó, no obstante, que una misa por televisión o Internet "no cumple con el precepto a quien puede ir a misa" y pero que sí sirve de "consuelo" a enfermos y ancianos y sus cuidadores.

El documento pretende celebraciones "dignas", aunque con las nuevas tecnologías "un cura con un teléfono móvil puede hacer milagros" y remarca la importancia de la "serenidad, la prudencia y el buen hacer" en las emisiones.

SIN TEATRO

El obispo de Orense, por su parte, recordó que ya en 1986 la CEE redactó un directorio para regular las retransmisiones por radio y televisión, preocupada por estas cuestiones, pero que las nuevas tecnologías hacen contemplar ahora nuevas variables. Por eso, el documento propone a los sacerdotes "que sean conscientes de que celebran para una comunidad presente y que también una comunidad virtual" y que "no es una representación teatral". También proponen que junto al sacerdote haya fieles, coro, acólitos, para que "no esté solo", y que pida autorización a la delegación de medios de esa zona, para que no se de el caso de "un cura 'vaquero' que va por libre", aunque "es difícil controlarlo" y los sacerdotes tienen "libertad".

"Debe ser una celebración tan digna o más que las que hacemos en nuestras catedrales", prosiguió, de un modo "profesional" y sin que se "mortifique" a los espectadores con "comentarios" o una "escenografía cambiante".

El prelado también abrió la posibilidad a que se den "riesgos" como los que abre el uso de la Inteligencia Artificial a la suplantación de la personalidad en sacerdotes, homilías o celebraciones. "La Inteligencia Artificial es un reto también para nosotros", aseveró: "Que se produzca una misa ficticia, con un sacerdote ficticio o una homilía ficticia está en nuestras preocupaciones".

Además, las recomendaciones proponen que "una vez que se celebre la eucaristía se borre, porque el misterio es actual". "No hay que enlatar la misa. No tiene sentido, no es como la tenelovela que mi madre de noventa años ve si se pierde un capítulo", añadió el jefe de la Iglesia de Orense, aunque dejó abierta la posibilidad a que sí que se dejen las homilías a modo de "consejos" para los creyentes.