“A diferencia del primer mundo, donde el mayor problema de los albinos es la falta de visión, en la República Democrática del Congo y Mozambique mueren por cáncer de piel y habitualmente antes de ser adultos. Carcinomas epidermoides y basocelulares están a la orden del día, ya que no pigmentan o lo hacen deficitariamente, no fabrican tirosinasa y por tanto no producen melanina”, explicó la doctora Torres.

Por ello, la especialista realizó un llamamiento para que desde España pueda ayudarse al tratamiento del albinismo en África. “Necesitamos que la industria farmacéutica y la sociedad nos ayude a dotar de fotoprotectores, inhibidores del del Hedgedog o Anti-PD1 a los albinos para poder atenderlos y evitar tantas muertes”, insistió la doctora Torres.

Dentro de esta patología existen unas 20 mutaciones genéticas conocidas hasta ahora. Según la dermatóloga, en países como el Congo no existe ninguna cultura de fotoprotección. “En la región de Kasai, donde desarrollamos nuestra labor, hemos registrado una incidencia de albinismo del 1 por 1.400 mientras que en África es del 1 por 7.000 y 1 por 17.000 en Europa. Se debe en parte a la endogamia que existe en estas sociedades por su cultura”, concluyó la doctora Torres, quien recordó que es la falta de protección solar está provocando en la actualidad una gran mortalidad.

La colaboración en este proyecto de la dermatóloga María Jesús Torres Peinador se remonta a 2015, cuando un grupo de cirujanos que ejercían una labor humanitaria en la República Democrática del Congo y Tanzania solicitaron a la Academia Española de Dermatología y Venereología (Aedv) un especialista para desarrollar una labor de atención dermatológica en el continente africano.