Estas son las principales conclusiones del informe de la Asociación Visión y Vida y Correos Express ‘¿Saben los Millennials cuidar de su salud visual?, 2022’ que presentaron este martes el presidente de Visión y Vida, Salvador Alsina, y la coordinadora de la organización, Elisenda Ibáñez, quien también es óptica optometrista. El informe analiza las tendencias de consumo de productos sanitarios para la visión del grupo de población nacido entre los años 1979 y 1996, que en España supone un 18,7% de la población, y lo compara con la edición que meses anteriores presentaron sobre la ‘Generación Z’. Para ello, contó con una muestra de 200 entrevistados, de los que posteriormente se escogió a cuatro a quienes se les realizó una entrevista personal, y con cuatro profesionales de las ópticas.

Se trata de una generación que, según indica el informe, cuida de su vista de manera preventiva “por miedo a problemas mayores”, a partir de lo que los individuos que la forman toman decisiones en la que prima la calidad al precio, y para las que se basan en las recomendaciones de sus allegados. “Toman sus decisiones con respecto a su miedo, analizando las consecuencias de sus actos, y se informan más sobre la visión que su generación inmediatamente posterior, la ‘Z’”, pusieron de manifiesto en la rueda de prensa.

Por otro lado, y mientras que para el 81% de los ‘millennials’ la óptica es “una tienda que da confianza sobre el producto adquirido” cuya atención recibe un “notable alto”, esto no ocurre en la ‘Generación Z’, que presta menos atención a lo que allí se recomienda. Dicha confianza se traslada a que el 46% de los ‘millennials’ considere que los productos sean de calidad por el mero hecho de haber sido adquiridos en estos establecimientos.

A la hora de perfilarlos, el informe destaca la procrastinación como una de sus principales características, que les hace retrasar por “inseguridad” y su ritmo de vida sus decisiones; que, pese a que tienen más formación tienen menos seguridad financiera a causa de las crisis que han vivido, empezando por la de 2008; que son nativos digitales que viven interconectados, lo que permite que compren y se informen ‘online’, que compartan, reciclen y ahorren; y de hecho concluye que “son ahorradores en riesgo”.

El 15% de ellos cree que el óptico no puede diagnosticar enfermedades visuales, y un 12,9% cree que usar pantallas no afecta a su visión. En cuanto a la salud visual, el 91,5% cree que la educación afecta a la salud visual al tiempo que el 11% no sabe lo que es la miopía.

Por su parte, siete de cada 10 no saben la diferencia entre óptico y optometrista y, en la misma promoción, se mantiene dicha confusión entre oculistas y oftalmólogos.

INFORMACIÓN

En cuanto a la forma que tienen de informarse sobre salud visual, un 16% aseguró seguir cuentas que tienen que ver con la salud visual, y de hecho el 90% aseguró ser consciente de que su salud visual es peor que la de sus padres y sus abuelos, lo que achacó a la mayor exposición a las pantallas.

En este sentido, el informe destaca que seis de cada diez no se preocupan de su salud visual, tanto es así que cuatro de cada diez han ido muy pocas veces a revisión, aunque pone en valor que seis de cada diez vayan anualmente.

TENDENCIAS DE COMPRA

A la hora de comprar un producto para mejorar su visión, cuatro de cada diez se fijan en la calidad, un 33% en la apariencia, y, en esta línea, sitúan el precio en último lugar. Y, pese a que no se inspiran en nadie, un 16% se fijan en las tendencias de redes sociales, lo que les sitúa por detrás de los ‘Z’ (lo hacían el 22% de ellos), y un 7,6% se fijan en familiares y referentes cercanos.

Para hacer las ópticas más atractivas, uno de cada tres planteó que la presencia de ofertas haría que acudieran más, mientras que el 15% pidió una mejora de su estética y una comunicación más clara, transparente y personalizada “que les de soluciones directas y concretas a sus necesidades visuales”. Al tiempo, un 10% reclamó más conversaciones al respecto en redes sociales.