OMEGA PRESENTA EN MADRID UNA EXPOSICION ANTOLOGICA DE LOS MEJORES RELOJES DE SU HISTORIA
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La empresa relojera Omega conmemora este año el centenario de la aparición del primer reloj de pulsera con una exposición itinerant inaugurada hoy en la Sala Retiro de Madrid, que incluye algunas de las piezas más valiosas de su historia.
La muestra "Omega de ayer a hoy", que en lo que va de año ha pasado por Estados Unidos, Suecia, Hong Kong, Malasia y más recientemente, Corea, sólo permanecerá una semana en Madrid, que será su única escala en España, antes de volver a Suiza.
Piezas legendarias como el célebre modelo Calibre Omega 19, creado en 1894, el primero que se construyó con partes separadas totalmente intercambiable y que más tarde daría nombre a la marca, pueden verse en esta exhibición.
Desde que en 1848 Louis Brandt crease en la localidad suiza de La Chaux-de-Fonds su primer taller de relojería, coincidiendo con la primera constitución confederal del país, los relojes de esta marca han gozado del máximo prestigio, elegidos por la Nasa y los comités de los Juegos Olímpicos por su precisión.
Nombres ya míticos como "Seamaster", "Constellation", "Speedmaster" y "Megaquartz", han ido unidos a las innovacione que esta marca helvética ha introducido en sus cronógrafos.
Los Omega han sido los primeros relojes impermeables de acero, los primeros automáticos, los primeros en llegar a la luna (de la mano de Neil Armstrong en 1969), los primeros en utilizar el cuarzo y los primeros en cruzar la Antártida en una travesía a pie (en la muñeca de Reinhold Messner en 1989).
Entre las piezas expuestas figuran algunas muestras que han soportado las condiciones más adversas, desde los 44 días de travesía, a 52 graos bajo cero, de la Expedición Plaisted al Polo Norte, hasta los 4.400 metros de profundidad bajo el nivel del mar del submarino "Nautile", que instaló un dispositivo de vigilancia de movimientos sísmicos en el Atlántico.
También se pueden apreciar algunas de las más notables obras de diseño en relojería, como el "Templo griego", en oro macizo cincelado, que se presentó en la Exposición Universal de París en 1900, o el "Dinosaure", analógico de cuarzo ultraplano con esfera transparente en la que las aujas parecen flotar en el vacío.
El diseñador Dominique Loiseau ha aportado piezas históricas, como "La Rose des Temps", el reloj de mesa más complicado del mundo, que incluye 9.000 partes constitutivas (adquirido en 1986 por un coleccionista que pagó 4,2 millones de francos), o los "Relojes de las Arenas", seis relojes complicados alrededor de un torbellino volante y flotante colocado en el centro de una máquina ultraplana.
(SERVIMEDIA)
30 Nov 1992
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