Esta agencia de la ONU hace este pronóstico en un segundo análisis de la situación de salud pública relacionada con El Niño, centrado en el último trimestre de este año y en el que reevalúa los riesgos para la salud y describe las capacidades de respuesta de los sistemas de salud a ese episodio climático.

La Organización Meteorológica Mundial (OMM) declaró el pasado 4 de julio que las condiciones de El Niño se habían desarrollado en el Pacífico tropical por primera vez en siete años, lo que prepara el escenario para un probable aumento de las temperaturas mundiales, así como patrones meteorológicos y climáticos perturbadores.

Varios de los riesgos meteorológicos previstos y las consiguientes consecuencias para la salud asociadas a El Niño se produjeron en muchas zonas del mundo durante el último trimestre.

Así, en los últimos meses ha habido un gran brote de dengue en Bangladesh, incendios forestales en Australia, aumentos del riesgo para la calidad del agua y alteraciones del ciclo de cultivos en América Central, inundaciones generalizadas en el norte de la India, olas de calor en el sur de Europa, incremento del cólera en África oriental y más incendios forestales y contaminación del aire asociada en Indonesia.

“Incluso con algunos efectos negativos ya observados, se prevé que la mayoría de los efectos negativos para la salud de El Niño aún están por llegar: es muy probable que El Niño en curso tenga implicaciones de amplio alcance para la salud a escala mundial hasta bien entrado 2024”, precisa la OMS.

Por otro lado, la OMS ve “probable” que los riesgos más graves para la salud durante los próximos meses se centren en la desnutrición debido a la actual inseguridad alimentaria en algunas zonas, agravada por los efectos de El Niño.

Otros riesgos muy altos incluyen el cólera y otras enfermedades de transmisión por agua, estrés por calor y contaminación del aire, malaria y enfermedades arbovirales como el dengue, la enfermedad por el virus del Zika y el chikungunya.

TEMPERATURAS Y LLUVIAS

La OMS señala que entre octubre y diciembre de este año se espera más calor de lo normal en casi todo el hemisferio norte, salvo en un área frente a la costa suroeste de América del Norte que se extiende hasta el Pacífico central.

Las temperaturas más elevadas de lo habitual en el hemisferio norte podrían producirse al sur del paralelo 45 norte, lo que afecta a España, así como partes de Asia central y oriental, zonas nororientales de América del Norte y regiones al norte del paralelo 65 norte (Groenlandia y norte de América del Norte, Europa y Asia).

También hay mayores probabilidades de temperaturas por encima de lo normal en la mayor parte del hemisferio sur, salvo en las áreas que bordean el océano Índico tropical oriental y el Pacífico sureste.

En cuanto a las lluvias, la OMS prevé que haya precipitaciones superiores a lo habitual en una banda estrecha a lo largo del Pacífico y justo al norte del ecuador, y en el Índico al norte del ecuador hacia la costa oriental de África.

ACTUACIONES

Los recursos y servicios de salud para abordar los riesgos para la salud asociados con El Niño y su vulnerabilidad a los efectos de este episodio climático varían mucho de un país a otro y dentro de los propios Estados.

“Las sequías, las inundaciones y las lluvias intensas (incluidos los ciclones) pueden dañar o cerrar los establecimientos de salud, reduciendo así la prestación regular de servicios de salud y restringiendo el acceso a la atención médica durante la emergencia y mucho más allá del evento”, indica la OMS.

Muchos de los lugares que se prevé que se verán afectados por El Niño ya están sufriendo emergencias humanitarias y, por lo tanto, cuentan con sistemas de salud altamente vulnerables.

La OMS destaca que la respuesta humanitaria para mitigar los efectos de El Niño en la salud pasa por la vigilancia y el control de enfermedades, el suministro de agua potable y servicios de saneamiento, la comunicación de riesgos y participación comunitaria, suministros sanitarios de emergencia, la vacunación, la prevención de la explotación y el abuso sexuales, y garantizar el acceso continuo a la atención sanitaria.