Lo hizo a través de su oficial médico especializado de la unidad de envejecimiento y salud de la OMS, Hyobum Jang, quien lo afirmó en su participación en el segundo evento público para la elaboración de la ‘Estrategia estatal de desinstitucionalización para una buena vida en comunidad’ organizado por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030.

En su intervención, a la que tuvo acceso Servimedia, dejó claro que la cifra que se ha tomado en España como referencia por parte de algunos sectores en el ámbito de los cuidados de larga duración de al menos cinco camas por cada 100 personas mayores es “errónea” y “en ningún caso se trata de una recomendación de la OMS”.

Aclaró que esta “confusión” es consecuencia de un antiguo estudio elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en 2017 en el que se utilizaba el indicador de 50 camas de cuidados de larga duración por cada 1.000 personas mayores de 65 años en 2015, “sin que esa cifra fuera una recomendación”.

Hyobum Jang deslizó que “no hay ninguna recomendación, norma u orientación identificada por la OMS sobre el número recomendado de camas de cuidados de larga duración por población” y añadió que “ni siquiera existe una recomendación estándar de la OMS para la densidad de camas hospitalarias”, de lo que se infiere que “tampoco existe una recomendación específica para las camas de cuidados de larga duración”.

Manifestó que “por cada 100 personas no es la unidad habitual de denominador utilizada por la OMS u otras agencias de la ONU, normalmente son 100.000, 10.000 o 1.000 personas”.

Entre las recomendaciones que este técnico de la OMS sugiere, se encuentra “integrar y coordinar la prestación de asistencia entre la asistencia sanitaria y la social y prestarla a través de un equipo multidisciplinar en la comunidad, de forma que una persona pueda recibir una asistencia óptima y adecuada donde o cuando la necesite”; “centrarse en la calidad de los servicios, no sólo en la disponibilidad o asequibilidad de los cuidados, y garantizar que se identifican y satisfacen las necesidades y preferencias de las personas mayores y sus cuidadores”; y “las autoridades centrales, provinciales y locales deben proporcionar apoyo y capacitación, y mejorar las condiciones de trabajo de los cuidadores”.

El Gobierno y las comunidades autónomas acordaron en junio de 2022 el cambio de modelo de cuidados impulsado por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, que establece la atención “libre de sujeciones” y aspira a incrementar el número de trabajadores de residencias para personas mayores y con discapacidad o en situación de dependencia.

En él, se establece que, “a partir de ahora”, las residencias “van a tener que parecerse mucho más a un hogar, con un tamaño máximo y con unidades de convivencia por afinidad de un máximo de 15 personas” y que tendrán que contar con espacios comunes como una cocina o como un salón “para su uso”.