En esta reunión participarán 500 delegados de 100 países y representantes de numerosas ONG, que debatirán medidas que tienen por objeto hacer frente a graves problemas, tanto para los países en vías de desarrollo como para los desarrollados.

Los participantes tratarán de determinar cuál debe ser el contenido máximo, en los alimentos y piensos, de productos cancerígenos como las dioxinas, y el plomo en el pescado, sustancia que puede causar una amplia gama de patologías, entre ellas, anemia, trastornos neurológicos y hepáticos.

También decidirán sobre los niveles máximos admisibles de cadmio en el arroz, los cefalópodos y los moluscos bivalvos marinos, metal que puede producir daño renal y de aflatoxinas en las castañas, otra sustancia cancerígena.

Otro tema que se debatirá en el acto, es la propuesta de creación de un grupo de expertos encargado de reducir el riesgo de los alimentos asociado a la administración incorrecta de antibióticos a los animales de crianza.

El consumo de productos alimentarios procedentes de dichos animales, puede contribuir al desarrollo de infecciones resistentes a los antibióticos entre los consumidores.