Los 17 ODS fueron adoptados por representantes de 193 países en la Asamblea General de la ONU de 2015. Se trata de una agenda para combatir la pobreza, la desigualdad y el cambio climático hasta 2030, y sustituyen a los Objetivos de Desarrollo del Milenio, firmados en 2000 y que expiraron hace ocho años.

La Cumbre de los ODS coincidirá con el inicio de la semana de alto nivel de la 78ª Asamblea General de la ONU y tiene el fin fundamental de revisar el estado actual de cada Objetivo y marcar una “nueva etapa de progreso acelerado” hacia su cumplimiento, ya que diversas investigaciones apuntan que los ODS han tenido poco impacto político.

"La Cumbre este septiembre deberá ser un momento de unidad que proporcione un impulso renovado y medidas aceleradas para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, según António Guterres, secretario general de la ONU.

Naciones Unidas subraya que "la Agenda 2030 es una promesa, no una garantía". "A mitad de camino desde que se lanzó, en 2015, esa promesa está en grave peligro. Su progreso enfrenta el impacto combinado de los desastres climáticos, los conflictos, la recesión económica y las secuelas de la covid-19", añade.

Por ello, la Cumbre de ODS pretende marcar una "nueva etapa de progreso acelerado hacia el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible" mientras se levanta el telón de la temporada diplomática más activa del año en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York.

NUEVAS PROPUESTAS

Un grupo de 10 académicos con amplia experiencia en gobernanza de la sostenibilidad global ha elaborado una investigación con la que reclaman cuatro reformas para fortalecer los Objetivos de Desarrollo Sostenible y así lo exponen en un artículo publicado en la revista ‘Science’,

“Nuestra investigación ha demostrado que los ODS carecen de un impacto considerable en los sistemas políticos", sostiene Frank Biermann, profesor de la Universidad de Utrech (Países Bajos) y autor principal del estudio, quien añade: “Ahora es el momento del cambio. Los gobiernos deben lanzar urgentemente un proceso para fortalecer el marco de los ODS a través de cuatro medidas de reforma decisivas”.

La primera reforma alude a que los Objetivos de Desarrollo Sostenible debe comprometer a los países ricos a adoptar medidas más firmes y concretas. Hasta ahora, esas naciones a menudo se centran en los ODS que pueden alcanzar más fácilmente. “El enfoque universal de la Agenda 2030 puede estar oscureciendo patrones globales desiguales de consumo y emisiones”, según los autores.

La segunda reforma se refiere a que “los ODS deben adaptarse a los nuevos desafíos, a una mejor comprensión científica y a los fracasos pasados ​​en su implementación”, de manera que deben volverse “más adaptables a las crecientes crisis de colapso ecológico, pandemias globales y desigualdades crecientes”. Por ello, la ONU debería introducir rondas de revisión periódicas donde los países puedan ajustar sus ambiciones a las circunstancias globales en evolución.

La tercera indica que los Objetivos no son jurídicamente vinculantes y a menudo son meros compromisos vagos, por lo que, según los autores, “los gobiernos deben tomar medidas en conjunto para convertir al menos partes de los ODS en leyes internacionales vinculantes”. Así ha ocurrido, por ejemplo, con las negociaciones en curso para un tratado internacional para acabar con la contaminación plástica, vinculadas al ODS 12 (producción y consumo sostenibles).

Y la cuarta reforma señala que muchos ODS están mal integrados en las estructuras, políticas, prácticas y normas de las instituciones y sistemas políticos locales, nacionales e internacionales. Los gobiernos necesitan construir instituciones más fuertes, tanto internacionales como nacionales, para que los Objetivos sean una parte fundamental de su forma de operar y tomar decisiones.

ESPAÑA

Por otro lado, los principales retos de España en cuanto a los ODS se centran en agua limpia y saneamiento, reducción de desigualdades y acción por el clima, mientras que, por el contrario, hay un estado positivo en los de hambre, salud y vida submarina, según el informe 'Sostenibilidad en España 2023', elaborado por el Observatorio de Sostenibilidad (OS).

Este informe indica que ninguno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible muestra una situación totalmente satisfactoria en España. En 'estado grave' se encuentran el ODS 6 (agua limpia y saneamiento), el ODS 10 (reducción de las desigualdades) y el ODS 13 (acción por el clima).

Así, considera "evidente" un cambio en "las políticas hídricas adaptadas al cambio climático", con el fin de "conseguir un uso más sostenible del agua". Además, recalca "la elevada desigualdad existente en el país entre territorios y entre grupos económicos".

Y respecto a la acción climática, los expertos que han elaborado el trabajo apuestan por "un gran Plan Nacional de Adaptación" con "presupuestos detallados", "planes" y "programas". "España todavía no está en fase de descarbonización y se comprueban cada vez mayores impactos del cambio climático por aumento de temperaturas, olas de calor y fenómenos meteorológicos extremos", añade el documento.

En el otro lado de la balanza, hay tres Objetivos de Desarrollo Sostenible con un 'estado positivo': el ODS 2 (hambre), el ODS 3 (salud y bienestar) y el ODS 14 (vida submarina).

No obstante, el informe destaca que "se ha avanzado mucho en agricultura ecológica, aunque persisten dietas poco equilibradas, sedentarismo y uso masivo de plaguicidas y fertilizantes".

Sobre la salud, señala que "se ha mejorado significativamente desde la pandemia de covid-19" y ha aumentado la esperanza de vida, aunque persisten "retos" como la eliminación de empleos sanitarios, la existencia de listas de espera "incompatibles" con determinadas enfermedades, el aumento del número de víctimas mortales por siniestros de tráfico o las "elevadas" tasas de fumadores.

Y respecto a la vida submarina, hay un aumento de zonas marinas protegidas y existen estrategias marinas, pese al incremento de las temperaturas del Mediterráneo.

Fernando Prieto, del OS, destacó que España atraviesa un "momento crucial" con el que el Gobierno que se conforme tras las elecciones del pasado 23 de julio debería apostar por "un modelo de país que avance hacia la sostenibilidad y encare con políticas públicas decididas los tres principales retos destacados: el cambio climático, la desigualdad y el agua".