El debate sobre esta reubicación de produjo en paralelo a las protestas frente al Palacio de Cibeles de los vecinos de Montecarmelo, que quieren reubicar el cantón, y las de los trabajadores del servicio de limpieza que usará ese cantón, representados por UGT, que defienden que sus cantones, independientemente de donde estén ubicados, no traen suciedad y ratas como han defendido los vecinos en algunas ocasiones.

Los vecinos concentrados contra el cantón frente a Cibeles afirmaron que hay una propuesta conjunta con la oposición y seis asociaciones del noroeste de la ciudad para colocar el cantón en otro lugar, en concreto en una zona “industrial”.

Por otra parte, el presidente de la Asociación de Vecinos de Las Tablas, Lorenzo Álvarez, defendió también que tanto este cantón como otro que se quiere ejecutar en Las Tablas se coloquen en esa zona industrial. Señaló que el cantón no es “agradable para los vecinos” frente a un colegio. Además, añadió que la parcela que proponen está mejor ubicada para el transporte público.

En representación de los trabajadores del cantón, la responsable de limpieza viaria de UGT, Serezade Talavera, señaló que en su caso no están “ni en contra ni a favor de la reubicación” de esta dotación, pero rechazan que se diga que su trabajo afecta al “aprendizaje de los niños”, o que su lugar de trabajo “está lleno de olores, de ratas y de residuos, cuando no es cierto”.

"VESTUARIOS Y APARACMIENTOS"

Añadió que los cantones no son más que “vestuarios y aparcamientos” para los camiones del servicio, pero que realmente ni siquiera los trabajadores están ahí durante el día porque trabajan en la ciudad. “Los cantones son solo para que nosotros nos cambiemos y que los vehículos estén dentro aparcados cuando termina la jornada”.

Asimismo, rechazó que se mande un cantón a un polígono industrial por los problemas que podría generar si llega “una Filomena”, la borrasca que cubrió Madrid de nieve y que restringió drásticamente la movilidad. Añadió también que “si no hay posibilidad de que esa gente se traslade a pie de forma segura”, no estarán “de acuerdo con esa ubicación”.

Poco después de estas declaraciones, el asunto llegó al Pleno a iniciativa de Vox y de Más Madrid y PSOE con dos iniciativas distintas que se debatieron conjuntamente. Toda la oposición apoyó reubicar el cantón en contra del criterio del PP, que se mantuvo en su posición.

Por parte de Vox, el edil Ignacio Ansaldo criticó que se construya el cantón “en una zona verde donde los vecinos pasean con sus hijos, con sus mascotas, a 60 metros de una escuela infantil con 183 bebés, a 63 metros del colegio alemán con 1.690 niños, a 250 metros del colegio Santa María la Blanca con 2.300 niños y bebés y a escasos metros de miles de parcelas de viviendas”.

ALTERNATIVA "VIABLE"

Por parte del PSOE, la edil Emilia Martínez Garrido recordó que existe una “alternativa viable” en contra de lo que explicaba el delegado de Urbanismo, Medioambiente y Movilidad, Borja Carabante. La concejala socialista aseguró que la ubicación en Las Tablas cuenta con “mejor accesibilidad para los trabajadores, fácil conexión con las zonas de actuación del contrato de limpieza”, es “una zona industrial” y está “más alejado de las viviendas y de los centros educativos”. Añadió también que es “viable desde el punto de vista urbanístico, porque según el plan especial las parcelas de las tablas tienen uso urbanístico dotacional de servicios colectivos”.

El edil de Más Madrid José Luis Nieto se sumó a lo explicado por Martínez. “Es una alternativa viable, consensuada, técnicamente posible y es algo que el delegado demandó en la pasada comisión del 17 de febrero, el que se les presentase una alternativa”, y añadió que esto cumpliría con el “compromiso” que adquirió Carabante para que “no se inicie en las obras de ninguna instalación de limpieza hasta no contar con el acuerdo de los vecinos sobre la mejor localización”.

El concejal de Limpieza y Zonas Verdes, José Antonio Martínez-Páramo, calificó a los miembros de la oposición de “irresponsables” y “mentirosos” por estar “metiendo miedo a las familias” y a los “niños”. Recordó además las pancartas en las protestas con “símbolos de radioactividad”. "No es un cantón de recogida de residuos, es un cantón de limpieza viaria, a ver si aprenden a diferenciarlo”.

Carabante se sumó a Martínez-Páramo y recordó que acudió a un cantón de otro punto de la ciudad con concejales de la oposición y “pudieron comprobar sus propias mentiras” porque no había “ni malos olores, ni ratas, ni ruidos, ni peligro”. Añadió que “es una ofensa para los trabajadores que se dejan la piel y también para los vecinos, que no son los protagonistas de este conflicto, sino que son las víctimas de sus mentiras”. Terminó preguntando con ironía a la oposición por qué no pide el cierre de los 116 cantones municipales existentes “si los cantones son tóxicos y cancerígenos”.