“El ser más dañino para el resto de animales es el propio cazador”, afirmó la formación animalista, que recuerda que 176.109 zorros fueron capturados en 2020, último año con datos oficiales del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

El Partido Animalista indicó que las formas en las que se permite matar zorros en España son múltiples (en batidas, al salto, con lazo, con arma de fuego, con perro, etc.) y “cada vez bajo más pretextos”, como daños a los cultivos, por ejemplo.

"No es necesario indagar demasiado para encontrar historias que revuelven las tripas a cualquiera", apuntó el Pacma, que añadió que “una conocida revista de caza” relata “de forma anecdótica” cómo una perra de nombre ‘Aspirina’ quedó atrapada en una madriguera durante nueve horas y hubo que excavar para liberarla, pero el zorro que estaba dentro fue rematado por los cazadores al día siguiente, ya que fue incapaz de huir porque la perra le había roto las patas.

El próximo febrero se da por finalizada la temporada de caza en España con el colofón de campeonatos de caza de zorros, conocidos especialmente en Galicia, donde grupos de activistas por los derechos de los animales organizan caminatas con cacerolada para prevenirles de la presencia humana y evitarles la muerte entre fauces o a plomo. Muchos zorreznos perecen de hambre en las madrigueras tras perder a sus progenitores, según el Pacma.

"MATAR ANIMALES POR DIVERSIÓN"

Para esta formación política, “la caza del zorro no tiene justificación más allá de la propia afición de matar por deporte” y este animal “sufre una campaña crónica de desprestigio porque se alimenta de otras piezas de caza”.

"El zorro, naturalmente contribuye al equilibrio del ecosistema en el que habita depredando sobre otras especies, nutriéndose de carroña y esparciendo semillas, algo que los cazadores interpretan como una ofensa a su autoimpuesta labor de control poblacional", indicó Javier Luna, presidente del Pacma.

Por otro lado, el número de licencias de caza en España ha disminuido en cerca de 400.000 en los últimos 20 años. "La caza es una excusa para matar animales por diversión", subrayó Pacma, antes de indicar: "La imagen del cazador está muy deteriorada en nuestra sociedad, aunque esta es la percepción externa que se tiene del sector y no la que ellos conciben en la burbuja que se han creado".

"La caza no sostiene económicamente a los pueblos; el dinero que pagan los cazadores por participar en monterías y jornadas de caza se destina a los dueños de los cotos y las empresas organizadoras de estas, y fuera de la época quedan igual de despoblados o cada vez peor", concluyó.