Todo ello a pesar de que en la Feria de Abril, celebrada del 6 al 11 de mayo, no hubo fallecimientos ni “una cantidad masiva de desplomes” de caballos debido a que las temperaturas fueron más bajas que en ediciones anteriores, según informó este lunes el Pacma.

El equipo de Pacma en Sevilla documentó “diversas situaciones de maltrato animal” en una de las Ferias de Abril "más caóticas", con caballos circulando hasta la medianoche, caballistas ebrios, desbocamientos, caídas de todo tipo, desplomes por agotamiento y sobrecargas en los carruajes tanto en el recinto ferial como en las zonas aledañas a la feria e incluso por donde transitan habitualmente las calesas turísticas.

Además, comprobaron que los carruajes llegaron a transportar a hasta 11 personas en un mismo vehículo con solo dos ejemplares o hasta ocho personas para un solo animal.

“CLARAMENTE INSUFICIENTES

Por otro lado, la formación política apuntó que las medidas tomadas por el Ayuntamiento de Sevilla para estas cuestiones resultaron "claramente insuficientes" a pesar de haber sido “presuntamente incrementadas”, y acusó al consistorio de “pasar por alto el grueso de las situaciones de malos tratos que tienen lugar como resultado del enorme trasiego de animales y carruajes estos días”.

Además, el Pacma consideró “irrisoria” la cantidad de 20 pruebas de alcoholemia realizadas diariamente a caballistas durante el desalojo del recinto, entre las 20.00 y las 20.30 horas, en comparación con los datos de asistencia a la Feria.

"El día 8 de mayo circularon 914 carruajes en la feria, según el propio Ayuntamiento, y más de 1000 caballistas. Si bien los carruajes acceden por un único punto de control, los caballistas tienen varias vías de acceso sin vigilancia", argumentó Clara Márquez, coordinadora provincial de Pacma en Sevilla.

Márquez añadió: “No basta hacer recomendaciones si luego no hay ningún control adecuado ni sanciones efectivas, dentro y fuera del Real. Este año hemos vuelto a ver cómo se ignoran estas recomendaciones a plena luz del día y con absoluta desfachatez, mientras la veterinaria municipal niega incidentes que nosotros mismos hemos documentado”.

Según fuentes municipales, la Policía Local interceptó a varios caballistas usando un tipo de guarnición prohibida llamada ‘serrería viva’, que provoca graves daños a los animales, y detectó varios caballos con heridas en las patas que, tras ser atendidos in situ, fueron puestos de vuelta al trabajo.

El Pacma abogó por la abolición del uso de animales en este tipo de eventos y su sustitución por carruajes eléctricos. “La Feria no es un lugar para los animales y cada año los accidentes, algunos mortales, lo reconfirman. El Ayuntamiento de Sevilla tiene los recursos y proyectos para comenzar con la transición a los coches de caballos eléctricos que presentamos hace años, y no los ejecutan porque les importan más las quejas de los cocheros que la protección animal a que también se deben", concluyó Márquez.