Con ello, la formación animalista pretende evitar que se repita la muerte que sufrió el morlaco en la última celebración del festejo y paralizarlo de manera cautelar.

Esa estrategia es similar a la llevada a cabo por el Pacma con el Torneo del Toro de la Vega, que regresó el año pasado a Tordesillas (Valladolid) como un encierro después de que un decreto ley de la Junta de Castilla y León de 2016 prohibiese la muerte de las reses de lidia en presencia del público en espectáculos taurinos populares y tradicionales en la región.

El Pacma recurrió las bases de ese Torneo ante el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León con el fin de que el toro no fuera alanceado, pero ese órgano judicial aún no ha adoptado una decisión final, con lo que el Toro de la Vega volvió en 2022 como un encierro taurino.

Al igual que con el Toro de la Vega, el Pacma ha estudiado la regulación del espectáculo del Toro Jubilo, que se celebra cada noviembre. El equipo legal de la formación política animalista asegura haber hallado irregularidades similares a las que detectó en relación al torneo de Tordesillas, lo que implicaría, igualmente, que el espectáculo en Medinaceli lleve años celebrándose de manera ilegal.

TORO DE FUEGO

El Toro Jubilo es el único toro de fuego o embolado que se celebra en Castilla y León. Espectáculos como este o el Torneo del Toro de la Vega, para el Pacma, exceden de lo que el reglamento permite hacer a los animales en los festejos populares.

La formación animalista ya denunció la muerte del animal en el Toro Jubilo de 2022, pero la delegada territorial de la Junta de Castilla y León en Soria archivó la denuncia alegando ausencia de infracciones. Sin embargo, el Pacma subraya que la normativa que regula ese espectáculo podría permitir acciones mortales para el animal, a pesar de estar prohibida su muerte en público con la normativa autonómica de 2016.

De hecho, ha difundido un vídeo en el que se aprecia que el toro del año pasado, desde el inicio, "se resistía dando fuertes cabezazos y emitiendo bramidos de angustia y de dolor, jadeando, con la lengua fuera y la boca ensangrentada", según el Pacma, que añade que la cornamenta se desprendían multitud de trozos de estopa incandescentes, que le caían sobre la cara y el cuerpo.

A pesar del desplome final del animal, desde el Pacma critican que, en lugar de prestarle atención veterinaria, "solo se afanaron por retirarlo antes posible, tirando fuertemente de la soga amarrada a sus cuernos y de su rabo".

"A la organización solo le preocupó retirar lo antes posible el cuerpo de la vista de los asistentes para evitar sanciones, dado que la legislación autonómica prohíbe la muerte de los toros en presencia de público, en los espectáculos taurinos populares y tradicionales", recalca.

Al igual que el Torneo del Toro de la Vega de Tordesillas, el Toro Jubilo de Medinaceli ha podido celebrarse hasta ahora porque tenía la consideración de espectáculo taurino tradicional con una antigüedad demostrada de más de 200 años.

Para el Pacma, mantener esa declaración de “tradicional” supone que cualquier modificación de su normativa reguladora debe seguir “un estricto procedimiento”, establecido en la normativa autonómica y que, según el Partido Animalista, el Ayuntamiento de Medinaceli no ha cumplido, por lo que el festejo habría “perdido” esa declaración y se habría estado celebrando de manera ilegal desde 2016.