PAIS VASCO. EL GOBIERNO NO CERRARA LA PUERTA AL PNV POR RESPONSABILIDAD, PESE A SUS DISCREPANCIAS EN EL PROCESO DE PAZ

- Aznar cree que hay que ser comprensivo en la administración del tiempo, generoso en actitudes y firme en los planteamientos

MADRID
SERVIMEDIA

El Gobierno dirigido por José María Aznar no cerrará la puerta al PNV, pese a las evidetes discrepancias entre ambos en cuanto a la marcha del proceso de pacificación del País Vasco. La responsabilidad es el sentimiento que anima a Aznar a no sustituir la política de mano tendida por otra de confrontación.

Convencido de que el proceso iniciado con la tregua de ETA será largo y espinoso, el presidente está dispuesto a ser comprensivo en cuanto al tiempo que necesiten los nacionalistas para asumir la nueva situación, generoso en sus actitudes y firme en sus planteamientos.

El Gobiern no ha resultado sorprendido por el anuncio de la creación de la Asamblea de Municipios Vascos impulsada por el PNV, porque, según su argumentación, al tregua decidida por ETA está ligada a mayores cotas de actuación conjunta con el resto de los partidos nacionalistas.

Esta nueva situación requiere un período de acomodación de todas las fuerzas política que sirva para cerrar una fase de 20 años de violencia y que, por el momento, ha acabado con las altas dosis de "ambigüedad calculada" que mantenían prtidos como el PNV, según la interpretación del presidente del Gobierno.

Aznar considera que frente al objetivo único de su Gabinete, que es conseguir la paz, otras formaciones políticas "tienen miedo" y tratan de utilizarla como elemento instrumental para conseguir objetivos políticos a los que el Gobierno central no está disupuesto a ceder.

En la actualidad el proceso de pacificación de Euskadi discurre por cauces previsibles. El Ejecutivo mantiene todas las posibilidades abiertas, consciente d que hay que ser "comprensivo en el tiempo (de adaptación), generoso en actitudes y firme en los planteamientos".

El principal interés del presidente en esta materia es no transmitir confusión a los ciudadanos ni sobre sus objetivos ni sobre los límites de una eventual negociación en un proceso de paz. "El Gobierno no tiene problemas en defender sus objetivos, ni sus procedimientos, ni en la definición de sus interlocutores", afirma Aznar.

RELACIONES PP-PNV

El presidente del Gobierno apuesta po el mantenimiento de unas correctas relaciones institucionales con el Ejecutivo vasco, regidas por criterios de lealtad, y distingue entre ellas y la orientación política del gabiente dirigido por Juan José Ibarretxe.

El pacto parlamentario entre PP y PNV se basa en las condiciones del acuerdo de investidura y debe permanecer separado de las discrepancias que puedan surgir entre ambas formaciones.

En concreto, Aznar no está dispuesto a "cerrar puertas" ni a dejar de tener la mano tendida, aunque us planteamientos políticos sean claros y alejados de los del PNV.

A juicio del presidente, para la consecución de la paz todos son necesarios y un éxito en este terreno será compartido por todos los partidos y la sociedad. La paz debe nacer de actitudes integradoras y no excluyentes, uno de las "profundas equivocaciones" que supone el Pacto de Estella para el Ejecutivo Aznar.

Aznar se apoya en planteamientos responsables para no abordar su discurso respecto al PNV con planteamientos rupturistas orque no quiere "cerrar la última puerta, aunque algunos den portazos".

En su opinión, en este proceso algunos dirigentes políticos están amanteniendo actitudes irresponsables motivadas por el miedo, ante el que el Gobierno no debe ceder.

Dentro de esta filosofía se enmarca la decisión de no actuar contra la creación de la Asamblea de Municipios, "un invento de hace más de 70 años, que no es un invento feliz", según el presidente.

CONSENSO CON EL PSOE

En cuanto a las relaciones del Ejecutio con el PSOE en materia de terrorismo, Aznar considera que son fluidas y correctas, aunque es susceptible de mejorar.

Previsiblemente, la marcha del proceso de pacificación del País Vasco será uno de los temas estrella de la reunión entre Aznar y Borrell del próximo mes de febrero, lo que no quiere decir que en Moncloa haya intención de favorecer la suscripción de un pacto para enfrentar las propuestas de los nacionalistas.

El presidente se muestra favorable a la celebración del encuentro con Borell y atribuye el retraso de los contactos al máximo nivel con el PSOE a la confusión sobre el interlocutor, al que desde Moncloa sólo se le pide que tenga capacidad de decisión dentro de su partido.

(SERVIMEDIA)
27 Ene 1999
SGR