Fuentes del PSE informaron a Servimedia de que los contactos están muy avanzados y que, aunque quedan por perfilar algunos aspectos, el pacto podría cerrarse en los próximos días.

Las fuentes consultadas aseguraron que el entendimiento está siendo posible debido a que los peneuvistas han aceptado condiciones básicas que se les han planteado, como que la iputación no dé subvenciones a la Udalbiltza.

Además, el PSE se encuentra satisfecho de que el PNV haya asumido otras exigencias referidas a aspectos económicos y sociales, como eliminar en 2003 determinados peajes de autopistas, aprobar un complemento para las pensiones más bajas o que no se privaticen servicios sociales.

El apoyo de los socialistas es indispensable, ya que la coalición PNV-EA que gobierna la institución sólo cuenta con 21 de los 26 escaños necesarios para aprobar las cuentas vicaínas, votos que podrían salir de los 10 junteros con los que cuenta el PSE.

De cerrarse, este acuerdo presupuestario sería uno de los primeros en suscribirse entre una formación no nacionalista y el PNV tras el enfrentamiento político vivido en el País Vasco desde la firma del Pacto de Lizarra.

Este Pacto propició que los peneuvistas buscasen el apoyo de Euskal Herritarrok, hoy Batasuna, para aprobar los presupuestos de la Comunidad Autónoma y de las diputaciones de Vizcaya y Guipúzcoa.

Si embargo, el fin de la tregua de ETA en septiembre de 1998 llevó al PNV a romper con EH, y dejó a los peneuvistas sin los apoyos necesarios para sacar adelante las cuentas del Gobierno autonómico y de las diputaciones vizcaína y guipuzcoana.