Explosión

La Paloma recuerda a las víctimas de la explosión de gas de la calle Toledo en su aniversario

- En la parroquia madrileña tienen "muchas preguntas aún" sobre "qué pasó" y lamentan haber tenido que insistir ante la Justicia por la vía civil para tratar de responderlas

MADRID
SERVIMEDIA

La Parroquia de la Virgen de la Paloma recuerda con diversos actos a las cuatro víctimas mortales que provocó una explosión de gas en la calle Toledo de Madrid el 20 de enero de 2021. La iglesia madrileña recauda fondos para levantar el edificio dañado y trata de esclarecer lo sucedido por vía civil, pues considera que la Justicia no ha demostrado "qué pasó".

El programa de actos arranca el miércoles 19 de enero a las 20:00 horas, con recuerdo-homenaje en el templo de la Virgen de la Paloma con un concierto a cargo de la Coral San Viator, organizado por la asociación Amigos de las Víctimas de la Explosión de Gas de la calle Toledo. La entrada es libre, con medidas de prevención de la covid.

Para el 20 de enero, se ha convocado un rezo del rosario por los difuntos y sus familiares ante el mosaico de la Virgen de la Paloma situado en la fachada de la parroquia. El acceso también libre y está previsto a partir de las 14.45 horas.

Posteriormente, a las 15.30 horas, está prevista una misa conmemorativa en la parroquia organizada por el colegio La Salle y presidida por el párroco, Gabriel Benedicto. También se bendecirá la estatua de santa Filomena. A esta ceremonia sólo se podrá acceder con invitación.

Ese mismo jueves, a las 20.00 horas, el cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, presidirá una misa solemne en la Catedral de la Almudena en recuerdo de los fallecidos por la explosión.

Según recuerda la parroquia en un comunicado con motivo del aniversario de la explosión, en ella en total hubo 10 heridos y cuatro fallecidos. “Todos ellos en el exterior. Dentro del edificio solo quedó una persona, el padre Matías, que no sufrió ni un solo rasguño”. Las víctimas mortales fueron Rubén Pérez Ayala, sacerdote; David Santos, padre de familia numerosa; Javier Gandía, albañil, y Stefko Ivanov, ciudadano búlgaro.

La parroquia subrayó en su comunicado que el informe médico de Pérez Ayala revela que "cayó de una altura considerable (tercera o cuarta planta) y se estrelló contra el suelo. Por eso tenía la pelvis hecha añicos cuando los bomberos le levantaron a pulso. Tuvo algunos momentos de consciencia, en los que preguntaba por su amigo. Después, ya no habló más. Falleció de madrugada en el hospital".

Santos era amigo del cura desde la adolescencia, “habían quedado para tomar una caña en Puerta de Toledo”. “Pero el sacerdote le llamó en el último momento para que subiera, porque pasaba algo. Juntos se dispusieron a buscar el origen del olor, pero no les dio tiempo más que a recorrer un par de plantas. Salió disparado también, expelido hacia la calle, y falleció en el acto”, agrega el texto.

Respecto al albañil, la parroquia indicó que trabajaba en una obra cercana y que “había ido al coche un momento a coger algo, y perdió la vida al ser alcanzado por los cascotes”. Sobre Stefko Ivanov se relató que “acababa de estar en los Servicios Sociales del Ayuntamiento, situados a la espalda de la parroquia” y que “subía caminando por la calle Toledo a la altura del 98 cuando el gas explotó”.

FAMILIAS ROTAS, EDIFICIO DESTROZADO Y PREGUNTAS

El balance tras un año de la explosión de la calle Toledo, resume la parroquia en ese documento, es el de “cuatro familias rotas, un edificio destrozado y muchas preguntas aún”, pues se sabe que "el origen fue un escape de gas situado bajo la acera de la calle Toledo. Se coló en el número 98 y subió hasta formar una bolsa en los pisos superiores" y que "una pequeña chispa" que pudo ser provocada por "cualquier nimiedad" causó la explosión.

"Los informes judiciales, los peritos y la policía han sido claros: no hubo negligencia por parte de las víctimas y, por parte de la parroquia, la instalación estaba en regla". "Nadie manipuló caldera alguna. De hecho, las siete estaban intactas. No explotaron. El olor a gas fue repentino y no hubo tiempo de reaccionar", recalcaron desde La Paloma.

Falta por saber, añadieron, "si en el tramo que va de la válvula de la acometida al edificio no hay ninguna avería ni irregularidad, ¿por qué no se investiga qué pasó en el otro tramo, que es donde el tubo se desprendió? La empresa del gas, responsable única del mantenimiento, no entregó los informes pertinentes, y el juzgado no se los reclamó: se limitó a dar carpetazo al caso. Tampoco se han hecho pruebas sobre la válvula de la acometida".

"El juzgado nº 35 lo archivó el 22 de febrero (auto de sobreseimiento) sin realizar la más mínima inspección de la válvula de la acometida. No se admitieron los sucesivos recursos. Tampoco la Audiencia Provincial ha querido reabrir las pesquisas y ha cerrado la vía penal. Tanto la parroquia como las cuatro familias lo habían solicitado, hasta ahora sin éxito. Por eso se empieza la tramitación por la vía civil, con el único objetivo de saber qué pasó, para evitar que les ocurra a otros mañana", lamentaron los responsables de la parroquia.

Respecto al edificio destrozado, las mismas fuentes apuntaron a que se pondrá en marcha una recaudación de fondos con una colecta abierta a todos los madrileños "y se reconstruirá tan pronto sea posible". Este edificio se levantó con donaciones hace algo más de 30 años, y los responsables de la parroquia confían en volver a reconstruirlo con benefactores y pequeñas limosnas. "Ha cambiado la vida de muchas personas, ha abierto futuro a jóvenes y familias, esperanza a los ancianos, cobijo a los pobres. Cáritas, apoyo escolar, grupos de oración, catequesis, acompañamiento a personas solas, refugiados, enfermos del barrio… tenemos la ilusión de recuperarlo cuanto antes", zanjaron.

(SERVIMEDIA)
16 Ene 2022
AHP/clc