El pontífice, que intervino en la reunión de la FAO donde también está presente la reina Letizia, proclamó ante el plenario su deseo de que se ponga fin también a las "guerras que destruyen los campos incluso antes que las ciudades, llegando incluso a escenas indignas de la condición humana, donde la vida de las personas, y en particular la de los niños, en lugar de ser vigilada, se extingue". "Acabar con el hambre y la malnutrición no depende solo de los empresarios, funcionarios o responsables políticos, todos debemos contribuir a la solución", añadió.

León XIV también señaló "el silencio de los que mueren de hambre" que "clama en la conciencia de todos, aunque a menudo sea ignorado, silenciado o distorsionado". "No podemos seguir así", aseveró.

En un momento en el que la ciencia "ha prolongado la esperanza de vida y el conocimiento ha abierto horizontes que antes eran inimaginables, permitir que millones de seres humanos sean víctimas del hambre es un fracaso colectivo, una aberración ética, una falla histórica", insistió.

También tuvo palabras de recuerdo para "los condenados a muerte y sufrimiento en Ucrania, Gaza, Haití, Afganistán, Malí, República Centroafricana, Yemen y Sudán del Sur". "La comunidad internacional no puede mirar hacia otro lado. Debemos hacer nuestro su dolor", expresó.

El pontífice reclamó que se reconozca y tenga en cuenta a los países más pobres que esperan que "su voz se escuche sin filtros". Y puso el foco en las "paradojas escandalosas" que supone ver cómo se desperdician enormes toneladas de comida en muchos países mientras millones de personas luchan por llevarse algo a la boca.