La directiva prohibela posibilidad de patentar la clonación de seres humanos, así como el uso de embriones humanos para fines industriales y comerciales.

La Eurocámara no aceptó la creación de un comité de ética que vigile la concesión de patentes, ya que delegó esta labor de control sobre el Grupo Europeo de Etica sobre las Ciencias y las Nuevas Tecnologías.

La directiva fue duramente criticada por las organizaciones no gubernamentales, que entienden que la nueva normativa crea derechos de monopolio sobre la base d la alimentación y la salud de toda la humanidad.

Para la Asociación Ecologista de Defensa de la Naturaleza (Aedenat), "con la concesión de derechos de propiedad sobre los seres vivos a la industria, el Parlamento Europeo ha sacado a subasta la diversidad biológica del planeta".