Este año, la Peregrinación Motera entregó sus primeras ‘Estrellas de honor’, distintivo con el que la parroquia reconoce los valores evangélicos en personas, organizaciones e instituciones relacionadas con el ámbito de estos vehículos de dos ruedas.

Fernando Antón, promotor de la imagen del 'peregrino motero' de Navalagamella, y los motoristas locales que ayudaron en la dana de Valencia fueron los merecedores de estos reconocimientos al finalizar la misa dominical. Tras la celebración, también se bendijeron al centenar de motoristas que acudieron a la convocatoria y a sus vehículos. Posteriormente, todos los presentes compartieron una paella fraterna.

Según informó la comunidad parroquial, la iniciativa tiene el objetivo de "acercar a la parroquia a los muchos motoristas que pasan ante ella disfrutando de los bellos paisajes que caracterizan la zona". La peregrinación cuenta con el apoyo de la Pastoral de la Carretera de la Conferencia Episcopal y de la Pastoral de Tráfico del Arzobispado de Madrid.

BUEN SAMARITANO

Bienvenido Nieto, responsable de la pastoral madrileña de Tráfico, confesó a los asistentes su pasado motero y destacó el carácter solidario de los aficionados al motor. Aunque bromeó en referencia al Evangelio del día que "quien esté libre de alguna multa que tire la primera piedra", subrayó que "el auténtico motero sabe reconocer al prójimo, hace de buen samaritano".

El párroco de Navalagamella, Alfonso Rodríguez, llamó a los motoristas a ser misericordiosos y "hacer fácil el camino a los demás". La misa también contó con la presencia del sacerdote en Collado Villalba Luis F. Murillo y diversas autoridades locales y regionales.