Pascual Maragall pidió a los alcaldes convergentes que moderen sus discursos porque "la ejemplaridad de los cargos electos tiene la virtud de generar opinión y, si se hace de forma multitudinaria, pueden generar sentimientos. Sus manifestaciones son un error".

El primer edil barcelonés se mostró contrariado por tener en este caso que variar su opinión "puesto que yo siempre he defendido a las personas que dicen lo que piensan y n a las que no dicen nada, aunque no piensen mucho" y consideró que estos alcaldes "se han equivocado".

El alcalde de Barcelona aprovechó su estancia en la UIMP para abogar por una unión de las fuerzas de la izquierda como único modo de subsistencia y aseguró que Cataluña será la región española en donde este proceso "va a comenzar".

Maragall se mostró convencido de que en una Europa unida "las pequeñas fuerzas políticas no van a subsistir, porque pasa lo mismo que con las empresas, si son pequeña no pueden competir. Hay que ser europeos y tener empresas políticas europeas".

En este sentido, y tras considerar inevitable "un desgaste progresivo de la fórmula nacionalista", el alcalde barcelonés aseguró que es necesario para Cataluña "que la izquierda y el centro, porque la izquierda sola no sirve, se unan para formar un partido de progreso y de cambio que será el que gobierne en la comunidad en el año 2.000".