Así se desprende de los datos más recientes del grupo de trabajo de la cerceta pardilla ‘(Marmaronetta angustirostris’), que coordina la Dirección General de Biodiversidad, Bosques y Desertificación del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, y los proporcionados por las comunidades autónomas de Andalucía, Baleares, Castilla-La Mancha, Cataluña, Comunidad Madrid, Comunidad Valenciana y Murcia.

Las 130 parejas del año pasado son 55 más que las registradas en 2023, lo que supone un aumento del 73%. Esa cifra permite superar el objetivo de 125 parejas reproductoras previsto en el proyecto LIFE Cerceta Pardilla, que coordina la Fundación Biodiversidad, según informó este jueves el departamento ministerial dirigido por Sara Aagesen.

Esta iniciativa, que finaliza el próximo diciembre, desarrolla desde hace cuatro años distintas acciones para revertir el riesgo de extinción de la especie, entre ellas, la mejora del estado de conservación de más de 3.000 hectáreas de humedales, hábitat esencial para la supervivencia de la cerceta pardilla y muchas otras especies.

Las últimas cifras de reproducción de la cerceta pardilla son las más elevadas desde 2004 y continúan la tendencia general al alza observada desde 2021, a pesar de la existencia de años intercalados con un nivel de productividad más bajo.

El número de pollos también ha vuelto a subir y crear un máximo desde 2024, con 806 respecto al otro dato reciente más alto (740 en 2022).

COMUNIDADES AUTÓNOMAS

Por comunidades autónomas, Andalucía encabeza el ranking (101 parejas y 618 pollos), por delante de la Comunidad Valenciana (21 y 139), Baleares (4 y 28), Castilla-La Mancha (2 y 10), la Comunidad de Madrid (1 y 2) y Murcia (1 y 8).

Además, en Murcia se logró la primera reproducción de cerceta pardilla desde 2008, cuando se produjo en la Laguna de las Moreras, en Mazarrón.

Por otro lado, las condiciones hidrológicas en el entorno del Bajo Guadalquivir, con abundantes lluvias en primavera que han mejorado los niveles y la calidad del agua en numerosos humedales, han favorecido la reproducción de la especie.

En cambio, en el Levante y Baleares se sumó un nuevo año de escasez de agua y un déficit de lugares favorables para la reproducción de ese pato, al igual que en 2023.

La Confederación Hidrográfica del Segura compró el año pasado la finca La Raja, en el Parque Natural del Hondo (Comunidad Valenciana). Este terreno, sumado a la finca El Espigar, comprada anteriormente por las organizaciones ANSE y SEO/BirdLife, suponen 141 hectáreas de humedales destinados a la conservación de la especie en uno de los enclaves prioritarios para su supervivencia.

Por último, Transición Ecológica apuntó que la temporada de cría de este año se está viendo beneficiada por “unas condiciones hidrológicas excepcionales, que permiten augurar la consolidación de la tendencia positiva en la reproducción de la especie”.