El portavoz socialista se unió al "optimismo cauteloso" generado con este principio de acuerdo, y rechazó que después de la operación de a Alianza se haya vuelto a un punto similar al de Rambouillet.

Pérez Rubalcaba afirmó contundentemente que si Milosevic hubiera firmado en Rambouillet "no hubiera habido nunca ataque de la OTAN", y se mostró partidario de "presionar" al presidente serbio para que acepte ahora el acuerdo.

En su opinión, con este principio de acuerdo "se consigue" el objetivo principal de la Alianza, es decir, que los desplazados vuelvan a sus casas "sin miedo", garantizar la autonomía de Kosovo y su pluralidad, y establecer los derechos humanos.

En definitiva, consideró que son los deportados quienes se benefician de este acuerdo, y también Europa, "que le dice a los dictadores que nunca vamos a tolerar que eso pase en nuestro territorio".

En opinión de los socialistas, los miembros del G-8 han dado "un paso importante hacia la paz, entendida como la vuelta de los albanokosovares a sus hogares", y su acuerdo de ayer hace que la estabilización de la zona esté "un poquitito más cerca".

El dirigente socalista reiteró que la limpieza étnica no comenzó con la operación de la OTAN, pero reconoció que ahora no resulta suficiente con frenarla, sino que es necesario "retroceder" en al proceso emprendido por Milosevic.

Alfredo Pérez Rubalcaba concluyó que el presidente serbio está ahora más aislado que nunca, y se mostró convencido de que el tribunal internacional penal "actuará".

Finalmente, anunció que el Grupo Parlamentario Socialista ha pedido la comparecencia urgente del ministro de Asuntos Exterores, Abel Matutes, en la Comisión correspondiente, para exponer la posición del Gobierno ante la propuesta de acuerdo.