Salud

La peste negra impulsó la selección de genes humanos ante futuras enfermedades

MADRID
SERVIMEDIA

La pandemia de la peste negra, que fue el mayor episodio de mortalidad humana jamás registrado al acabar con cerca de la mitad de la población de Europa, Asia occidental y norte de África entre 1347 y 1352, dio forma a la evolución de los genes de la inmunidad al marcar el rumbo de cómo se responde actualmente a las enfermedades.

Así lo explica un equipo dirigido por investigadores de la Universidad McMaster (Canadá), la Universidad de Chicago (Estados Unidos), el Instituto Pasteur (Francia) y otras organizaciones en un estudio llevado a cabo durante siete años, y publicado este miércoles en la revista ‘Nature’.

Causada por la bacteria ‘Yersinia pestis’, esa peste bubónica acabó con entre un 30% y el 60% de la población del norte de África, Europa y Asia occidental, y tuvo repercusiones masivas para la raza humana y, aparentemente, para el genoma humano.

Los investigadores extrajeron y analizaron más de 500 muestras de ADN antiguo de restos de personas que habían muerto antes de la peste, fallecieron por ella o sobrevivieron a la pandemia en Londres (Reino Unido), incluidas algunas enterradas en pozos empleados para entierros masivos. Además, tomaron muestras adicionales de restos humanos en otros cinco lugares de Dinamarca. Así, abarcaron una ventana temporal de unos 100 años antes, durante y después de la peste negra.

Los mismos genes que alguna vez ofrecieron protección contra la peste negra están actualmente asociados con una mayor susceptibilidad a enfermedades autoinmunes como la enfermedad de Crohn y la artritis reumatoide.

Los científicos buscaron signos de adaptación genética relacionados con la peste, causada por la bacteria ‘Yersinia pestis’. Identificaron cuatro genes que estaban bajo selección, todos los cuales están involucrados en la producción de proteínas que defienden los sistemas humanos de patógenos invasores, y encontraron que versiones de esos genes, llamados alelos, protegían o se volvían susceptibles a la plaga.

EUROPEOS VULNERABLES

Los individuos con dos copias idénticas de un gen en particular, conocido como ERAP2, sobrevivieron a la pandemia a tasas mucho más altas que aquellos con el conjunto opuesto de copias porque las ‘buenas’ permitieron una neutralización más eficiente de ‘Y. pestis’ por parte de las células inmunitarias.

“Cuando ocurre una pandemia de esta naturaleza, que mata del 30% al 50% de la población, es probable que haya una selección de alelos protectores en humanos, lo que significa que las personas susceptibles al patógeno circulante sucumbirán. Incluso una ligera ventaja significa la diferencia entre sobrevivir o morir. Por supuesto, los supervivientes que están en edad reproductiva transmitirán sus genes”, explica el genetista evolutivo Hendrik Poinar, director del Centro de ADN antiguo de la Universidad McMaster.

Los europeos que vivían en la época de la Peste Negra eran inicialmente muy vulnerables porque no habían estado expuestos recientemente a la bacteria ‘Yersinia pestis’. A medida que las olas de la pandemia ocurrieron una y otra vez durante los siglos siguientes, las tasas de mortalidad disminuyeron.

Los investigadores creen que las personas con el alelo protector ERAP2 (la copia ‘buena’ del gen) contaban con un 40% a un 50% más de probabilidades de sobrevivir que aquellas que no lo tenían.

Con el tiempo, el sistema inmunológico humano ha evolucionado para responder de diferentes maneras a los patógenos hasta el punto de que lo que alguna vez fue un gen protector contra la peste en la Edad Media hoy está asociado con una mayor susceptibilidad a las enfermedades autoinmunes.

(SERVIMEDIA)
19 Oct 2022
MGR/clc