Así lo puso de manifiesto durante su intervención en el diálogo sobre 'La situación económica de las personas mayores y el reto intergeneracional', que también contó con la participación de Joaquín Pérez, referente del Programa sobre Personas Mayores, con Discapacidad y Cuidadoras de Cruz Roja Española; el vicepresidente de Economistas Frente a la Crisis y economista especializado en Mercado de Trabajo y Sistema de Pensiones, Antonio González; y la vicepresidenta Primera del Consejo General del Trabajo Social, Lucía González, y que fue moderado por el director general de Servimedia, José Manuel González Huesa.

Tras puntualizar que el colectivo de pensionistas “es muy heterogéneo” y que, desde el punto de vista económico, la población mayor “es muy dual y bifronte”, Fernández hizo hincapié en que, por una parte, un porcentaje de en torno a un 50% de mayores constituye lo que se llama la 'silver economy' o 'economía plateada', que, a su juicio, “tanto impacta en el consumo y en la riqueza del país”.

Junto a ellos, están los pensionistas que cobran pensiones mínimas y tienen pensiones por debajo del Salario Mínimo Interprofesional, que, advirtió, van “entrando en situaciones de riesgo”.

En este contexto, urgió también a afrontar esta realidad con “una nueva mirada” y “un nuevo planteamiento”, teniendo en cuenta, además, que las personas mayores “viven cada vez más”. “Son 20 años de esperanza de vida después de los 65 años, pero solo diez años con calidad de vida”, abundó.

YACIMIENTO DE EMPLEO

“Luego vienen años donde hay que prestar servicios, asistencia y toda esa generación de empleo. Es un gran yacimiento de empleo”, aseveró, al tiempo que emplazó a “ser inteligentes, mirar los retos y las oportunidades que tenemos y planificar y legislar al respecto”.

Por su parte, Joaquín Pérez hizo hincapié en que la media de la pensión son 575 euros, lo cual, recordó, “no llega ni siquiera a lo que se establece como salario mínimo que una persona debería de tener”. “Teniendo en cuenta los factores, significa que hay una gran parte de la población de personas mayores, fundamentalmente mujeres, que vienen todavía de una época donde la mujer no tenía una actividad laboral remunerada y eso provoca que las pensiones de viudedad sean pensiones muy bajas”, agregó.

En este sentido, señaló que esta circunstancia “tiene influencia en todos los aspectos de la vida”, incluyendo soledad, pero también su impacto en la salud física e hizo referencia al “sacrificio” que hacen en “muchas ocasiones” estas personas mayores "transfiriendo rentas a su propia familia” para poder mantenerlas ante “situaciones de dificultad” como la crisis económica o durante la pandemia.

Con todo, Antonio González admitió que las condiciones económicas y de renta de los pensionistas “han mejorado con las últimas reformas, garantizándoles de nuevo el poder adquisitivo”, algo que, criticó, “se había perdido con las reformas anteriores”.

DOS DESAFÍOS

“Eso permite que sus condiciones de vida se mantengan y por lo menos no las vayan a perder progresivamente”, prosiguió, convencido de que las personas mayores afrontan “dos desafíos muy importantes una vez que ya son pensionistas y dejan de ser trabajadores en activo”. “La primera, que no tienen ya ninguna manera de beneficiarse de las mejoras económicas del país, de la economía del país. Si pierden poder adquisitivo, evidentemente eso no pueden recuperarlo de ninguna manera, a diferencia de los activos”, destacó, al tiempo que subrayó que, en segundo lugar, “si no tienen garantizado el poder adquisitivo de sus pensiones, aumentan mucho las diferencias dentro de los propios pensionistas entre unos y otros”.

Por último, Lucía González explicó que “no conocemos mucho” sobre el “impacto” de las políticas europeas de los cuidados, que, reivindicó, “tiene mucho que ver con el género”. “La mayor parte de las personas que son atendidas son mujeres y son atendidas por mujeres”, apostilló, al tiempo que sugirió que “hablamos poco de esto y de cómo cuantificarlo, es decir, cómo cuantificamos los cuidados”.