Bajo el lema 'La visibilidad, la dignidad y los derechos no tienen edad', ambas organizaciones unieron sus voces para para poner en el centro a las personas mayores Lgtbi+, un colectivo, señalaron, "históricamente invisibilizado y que aún hoy enfrenta desigualdades estructurales y una vejez en condiciones especialmente complejas".

En este sentido, la PMP y la Fundación 26 de diciembre denunciaron que este colectivo experimenta mayores tasas de soledad y aislamiento que la población general, a menudo con redes familiares frágiles o inexistentes, lo que dificulta el acceso a apoyos cotidianos y emocionales.

Datos recientes de la Federación Estatal Lgtbi+ (Felgtbi+) y estudios especializados refuerzan esta realidad: La soledad no deseada afecta al 40% de las personas mayores Lgtbi+, una cifra significativamente superior a la de la población mayor general. Además, el 60% tienen miedo de ser discriminadas en los centros residenciales y, debido a esto, en muchos casos optan por ocultar su orientación sexual o identidad de género.

Asimismo, el 30,6% de las personas mayores Lgtbi+ viven en riesgo de pobreza o exclusión social, siendo especialmente preocupante en el caso de mujeres lesbianas y personas trans mayores, quienes han sufrido mayores tasas de precariedad laboral y discriminación a lo largo de su vida.

Ante estos datos, la PMP y la Fundación 26 de Diciembre destacaron que, a pesar de los avances normativos, persisten importantes barreras en el acceso a servicios sociales y sanitarios adaptados. Casi la mitad del colectivo percibe que los servicios actuales no responden a sus necesidades específicas ni contemplan su realidad.

En palabras de Jesús Norberto Fernández, presidente de la PMP, “las personas mayores Lgtbi+ han sido históricamente silenciadas y discriminadas; es imprescindible que las políticas públicas incorporen una perspectiva interseccional que garantice sus derechos al cuidado, la salud, la seguridad y el acompañamiento emocional”. Asimismo, agregó que “no podemos permitir que la edad y la identidad sexual o de género determinen la pérdida de dignidad o autonomía; por ello, exigimos una atención sociosanitaria inclusiva, formación obligatoria para el personal profesional, y espacios donde las personas mayores LGTBI+ puedan vivir sin temor a ocultarse”.