En su segunda intervención en el debate de la moción, Esteban partió de que Tamames “se escandalizaba” minutos antes de “la ruptura de la convivencia” en el Parlamento y se creara la “dicotomía amigos-enemigos”, pero, parafraseando la parábola evangélica, “no ve la viga en el ojo propio”.

“Usted mismo ha creado esa dicotomía”, le espetó, una polarización donde “los nacionalistas son el enemigo” y lo que se pacta con ellos son “concesiones” aunque estén incluidas en el Estatuto de Autonomía y por tanto sean ley. También recriminó al candidato que rechazara hablar de la memoria histórica. “Claro que hay que hablar de democracia”, le corrigió.

Tamames quiso contestar inmediatamente a Esteban desde su escaño, porque aseguró escucharle con atención y le interesas el tema vasco. Pero sólo lo hizo para recordar una conferencia sobre economía española que le pidieron miembros de ETA, a quienes ya avanzó que estaban “en el mejor de los mundos posibles”, a punto de recuperar los fueros con la Constitución, y para recomendar, ya en presente, a los vascos y en particular al PNV, “que siguieran esa línea de la autonomía”, porque “será un triunfo para España”.