Linces

La población de linces en la península ibérica aumentó un 22,62% desde 2020

Madrid
SERVIMEDIA

Un total de 1.365 linces ibérico convivían en la península en 2021, lo que supone un aumento del 22,62% respecto a 2020, cuando se superaron los mil ejemplares, hasta los 1.111.

Así consta en la publicación del censo de lince ibérico, correspondiente a 2021, un informe que coordina el Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico, que pone de manifiesto cómo sigue la tendencia ascendente positiva de los últimos años, al alcanzarse la cifra más alta de ejemplares censados desde que se cuenta con programas de seguimiento de la especie.

El éxito del programa de conservación del lince ibérico, uno de los más exitosos del mundo en felinos, se constata considerando que hace 20 años el número de ejemplares era inferior a cien.

De los 13 núcleos poblaciones registrados en la península en 2021, 12 se encuentran ubicados en España, con 1.150 ejemplares, de los cuales cinco se ubican en Andalucía (519 individuos), tres en Castilla-La Mancha (473) y cuatro en Extremadura (164).

A pesar de que Andalucía es la comunidad que lidera los datos poblacionales, con casi la mitad de los ejemplares repartidos por todo el país, el mayor incremento poblacional se registra en Castilla-La Mancha, con un crecimiento del 45% en un solo año.

​En Andalucía, los núcleos que más ejemplares registran son los de Andújar-Cardeña (200) y Guarrizas (164), seguidos de Doñana-Aljarafe (94), Gadalmellato (44) y Sierra Norte (17); en Castilla-La Mancha los individuos se concentran en Montes de Toledo (221), Sierra Morena Oriental (170) y Sierra Morena Occidental (82); mientras que en Extremadura se localizan en Matachel (121), Ortigas (20), Valdecañas/Ibores (14) y Valdecigüenas (9).

Todos los parámetros poblacionales considerados en el informe (número total de linces, de hembras reproductoras y de cachorros nacidos) muestran una tendencia netamente positiva desde el inicio de los programas coordinados de actuación en 2002.

Así pues, en 2021 se contabilizaron 500 nacimientos de 277 hembras reproductoras, lo que implica que la productividad global, entendida como el número de cachorros nacidos por hembra reproductora o territorial, fuese de 1,8 para España y 2,3 para Portugal. En el caso de las comunidades autónomas españolas, las ratios fueron de 1,4 en Andalucía; 2,4 en Castilla-La Mancha; y 1,4 en Extremadura.

Transición Ecológica subrayó que esta evolución pone de manifiesto la “trayectoria favorable de la especie, lo que aleja al gran felino ibérico del riesgo crítico de desaparición”. No obstante, los datos censales apelan a “mantener la cautela” sobre su futuro, “dar continuidad a los programas de conservación” y “favorecer la implementación de medidas que contribuyan a la mejora de las diferentes poblaciones del lince ibérico en ambos países”.

“La especie sigue estando en peligro, y legalmente considerada en peligro de extinción” en el Catálogo Español de Especies Amenazadas, remarcó el departamento dirigido por Teresa Ribera.

Por su parte, WWF advirtió de que “hay que seguir trabajando todavía para alcanzar una población totalmente viable”, lo que sería posible con una población compuesta por entre 3.000 y 3.500 individuos, de los cuales 750 deberían ser hembras reproductoras. De este modo, se reducirían “al máximo” sus amenazas y se conseguiría que la especie esté fuera de peligro.

La serie histórica del registro de linces comenzó en 2019, cuando un gran número de las hijas de los ejemplares liberados empezaron a criar; un ejemplo de este éxito reproductivo es el caso de ‘Odrina’, que crió en 2019, y era hija de ‘Mesta’, un ejemplar puesto en libertad en 2016.

Ante esta situación, el responsable de proyectos del programa de especies de WWF España, Ramón Pérez de Ayala, mostró su satisfacción ante el “notable incremento de los linces en la península ibérica”, un “avance continuo” que “responde al esfuerzo incansable de más de 20 administraciones y organizaciones, además de muchos particulares”.

Pese a ello, señaló que “el lince aún está en peligro y su población aún necesita multiplicarse por tres en 2040”, un hito que, para alcanzarlo, pasa por “seguir trabajando para eliminar sus principales amenazas, que siguen siendo los atropellos y la mortalidad ilegal”.

En ese sentido, indicó que, “aunque parezca increíble, todavía hoy siguen muriendo linces por disparo o por el uso ilegal de venenos y trampas, como lazos o cepos”, unas acciones que “están consideradas como delito en nuestro código penal” con “importantes sanciones” y “penas de cárcel.

(SERVIMEDIA)
17 Jun 2022
MST/gja