Fuentes cercanas a Belarra justificaron a Servimedia que este tono tan drástico que imprimió a su intervención el pasado sábado en la llamada Conferencia Política de Podemos tras aprobar las bases el documento político es el que demandaba su militancia.

Así interpretaron el hecho de que, en las enmiendas que durante mes y medio presentaron al documento original que presentó la dirección de Podemos, los inscritos quisieron agudizar sus diferencias con Sumar, a cuyo grupo parlamentario pertenecen los cinco diputados del partido en el Congreso. Entre las enmiendas rechazadas, también fueron más las que abogaban por abandonar Sumar que las que defendían una mejor integración o relación con el resto de partidos de la coalición.

Otras fuentes de la dirección consultadas por esta agencia justificaron que muchos inscritos de Podemos no sabían si el partido iba a desaparecer o a disolverse en Sumar, de ahí la importancia de dejarles claro que no va a ser así. De hecho, la versión final del documento político aprobado proclama, tras enmiendas de los militantes al texto original aceptadas o transaccionadas, que la formación “en ningún caso se disolverá en otro partido” y que, en el ámbito parlamentario, “los votos de los y las representantes de Podemos en las instituciones se deben negociar y nunca se regalan”.

En este sentido, las fuentes citadas confirmaron el temor que comparten la mayoría de los diputados de Sumar, como ya informó esta agencia hace dos semanas: que, después de apoyar la investidura de Pedro Sánchez, los cinco parlamentarios de Podemos, si sigue sin dárseles participación en el Gobierno ni voz protagonista en el grupo, actuarán y negociarán sus votos por su cuenta, con total autonomía respecto a Sumar.

POSICIÓN PROPIA

“Eso no significa que siempre votemos distinto”, puntualizan en Podemos, constatando que en muchos puntos ambas formaciones comparten programa, pero subrayando que en ámbitos como Defensa y Asuntos Exteriores o temas como Ucrania, Palestina o el Sahara, Podemos marcaría posiciones distintas a Sumar, obligando así al Gobierno a depender de los votos del PP.

Todo ello, siempre que las bases del partido sigan la sugerencia de Belarra y aprueben dar un voto afirmativo a la investidura de Pedro Sánchez en la consulta que tienen abierta hasta el martes por la noche bajo la pregunta "¿Deben las/los diputadas/os de Podemos apoyar la investidura de Pedro Sánchez?". Un apoyo que las fuentes consultadas no dan por seguro dada la animadversión que ha suscitado en la militancia el ninguneo al que estiman que Sumar está sometiendo a Podemos. “Los inscritos suelen hacer caso a la dirección, pero por primera vez no lo doy por segur: un 60-40%”, auguró uno de los miembros de la Ejecutiva, consultado por esta agencia.

Se consume o no el divorcio de facto dentro del grupo parlamentario, el año que viene ofrecerá una nueva ocasión para que Sumar y Podemos marquen diferencias y se enfrenten: las elecciones europeas. Aunque las fuentes consultadas aseguraron que no hay decisión tomada, sí apuntaron que buena parte de la dirección apuesta por presentarse en solitario, fuera de Sumar.

Podemos aprovecharía el hecho de que esos comicios se dirimen con circunscripción única en toda España y por tanto no le penalizaría tanto su escasa implantación en las provincias poco pobladas. De esa forma espera “medirse” con Sumar y al menos empatar en resultado para recibir el trato que cree que merece en la coalición y el grupo parlamentario. Aunque fuentes de Sumar consultadas por Servimedia dan por hecho que la cabeza de lista sería la actual ministra de Igualdad en funciones, Irene Montero, las de Podemos matizaron que la decisión sobre la candidatura tampoco está tomada.