Según informó la Policía, los estafadores creaban páginas que replicaban la cabecera, los logos y la maquetación de las marcas originales, con nombres muy parecidos, y las promocionaban mediante anuncios en redes sociales, lo que redirigía al usuario a la web fraudulenta en un solo clic. Registraban los dominios en países principalmente americanos y asiáticos, alojaban las páginas en servidores de Estados Unidos y realizaban el cobro a través de un comercio con sede en Brasil.

La investigación se inició a raíz de denuncias de ciudadanos a través de la cuenta de correo electrónico fraudeinternet@policia.es, habilitada precisamente para este particular. Así, se descubrieron ofertas de prendas a un precio muy inferior al valor de mercado, pero cuyos pedidos, después de ser cobrados, nunca llegaban al cliente.

Para dar credibilidad al comercio, utilizaban certificados SSL que cifran los datos introducidos y utiliza el protocolo HTTPS, y que a su vez muestra un candado en la barra de navegación, que hasta ahora constituía un indicador de sitio de confianza.

Las webs fraudulentas pretendían aprovechar la época navideña pero también fechas anteriores como el Black Friday. Así, en las semanas previas a éste se contabilizaron más de doscientas denuncias a la Policía Nacional. Tras el análisis de los primeros correos electrónicos se pudieron observar patrones comunes que han permitido conectar las denuncias interpuestas en las cuatro semanas previas al Black Friday.

No obstante, la Policía interpreta que otros muchos afectados no darán cuenta de los hechos, por lo que el número de víctimas podría ser mayor. Gracias al bloqueo de páginas, el número de denuncias contra las webs canceladas ha cesado en los últimos días.