Pero además, con motivo de la alerta provocada por las aves belgas contaminadas, la empresa de grandes superficies va a revisar todos los productos de este tipo que vende, sean marca propia o de otros fabricantes.

Los huevos, patos, pollos o codornices pueden ser de dos clases: de la marca Continente o de otras. En el caso de que sean de "arca blanca" el proveedor debe someter sus productos a una homologación, que incluye un control de la alimentación de los animales, "y en ese control están incluídas las dioxinas", según un portavoz del grupo comercial. Además, esa homologación se revisa periódicamente.

Ninguno de estos controles en los productos avícolas de marca propia de Continente ha revelado contaminación por dioxinas, aseguraron las mencionadas fuentes.

En cuanto a los pollos o huevos que son de marcas distintas de Continene, normalmente el control de calidad corresponde al comercializador o fabricante, salvo en casos de alerta, como sucede ahora, "en los que se revisan todos los productos, incluídos los que no son marca propia".

La revisión consiste en pedir a los proveedores una certificación de dónde viene el producto (tanto el pollo como el pienso que ha comido) y en llevar a cabo un muestreo analítico, para confirmar que la carne o los huevos no están contaminados.