En su exposición de motivos, los populares afirman que el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, “en vista de sus repetidas manifestaciones de adhesión a la figura de Jorge Semprún Maura”, ha de rehacer dicho programa conmemorativo, “tardíamente iniciado en el último trimestre del 2023”, debido a “la escasez de actos anunciados y de la falta de participación” en los actos de “instituciones de cabecera muy relacionada” con el propio Semprún.

Tras recordar los homenajes que Jorge Semprún recibió de instituciones públicas y privadas tanto en vida como después de su óbito, el PP deplora que Cultura “no ha comparecido hasta ahora en la medida de sus posibilidades, respecto a quien ha sido un dirigente político clave para nuestro régimen democrático, y el español escritor más reconocido en las letras europeas de los últimos 50 años, muy probablemente”.

Los populares dejan claro que “no es la memoria democrática oficial lo que mueve esta propuesta nuestra, sino la memoria histórica a secas, siempre más objetiva y compatible”.

Por todo ello, el PP busca con esta proposición no de ley a “reconocer a otro nivel oficial, más alto que el actual, la obra de un político gobernante y autor memorable, a los cien años de su nacimiento en Madrid”.

También considera “muy oportuno” que el Instituto Cervantes “demuestre un mayor interés público, abriendo las puertas de la sede central a la obra de nuestro autor, a la recepción crítica de sus títulos en las letras españolas”, lo que contrasta con el hecho de que “en las salas de la Biblioteca Nacional cabrá una muestra bibliográfica de las ediciones de sus obras”.

Del mismo modo, los populares se sorprenden de que el Cervantes de París “no se haya ocupado, o no vaya a hacerlo, por un hombre excepcional para las relaciones entre ambos países, autor bilingüe y parisino célebre”, por lo que se invita a “poner remedio, aunque algo se haya ofrecido en las sedes de otras ciudades con exilio republicano”.

En ese sentido, el PP desliza que RTVE “bien podría exhibir un ciclo de la obra cinematográfica” de Jorge Semprún.

Por último, deja claro que “la forma definitiva de estas u otras actuaciones de políticas culturales corresponde, naturalmente, a los directores de los organismos mencionados y a sus respectivos gestores”.