Según informaron los promotores de esta iniciativa, el documental lleva por título 'Basta Ya. Resistencia democrática. Conversaciones en la librería Lagun'.

La presentación de este trabajo se llevará a cabo en los Cines Yelmo Ideal, a las once de la mañana de este viernes. Tras la proyección tendrá lugar un coloquio entre varios de los protagonistas, en concreto la eurodiputada Maite Pagazaurtundua, el escritor Fernando Savater, el fotoperiodista Justy García Koch y el realizador del documental, Juan Vadillo.

Tanto Pagazaurtundua como Savater formaron parte de ¡Basta Ya!, movimiento cívico que surgió a finales de los años noventa para hacer frente al terrorismo de ETA y a lo que este colectivo denominaba "nacionalismo obligatorio". Al mismo tiempo, la librería Lagun cerró el año pasado sus puertas por la crisis del sector, tras haber resistido durante 55 años, primero contra a la presión del franquismo y luego frente a la violencia etarra.

"MUCHO POR HACER"

De hecho, esta librería, originariamente situada en el casco viejo de San Sebastián, sufrió en 1996 una veintena de ataques. Parte de estas acciones fueron cometidas por jóvenes de la llamada 'kale borroka' o terrorismo callejero. Además, José Ramón Recalde, exconsejero vasco y uno de los fundadores de Lagun, sufrió un atentado el 14 de septiembre de 2.000 al que sobrevivió.

El documental que se presenta este viernes recoge el testimonio de quienes “se pusieron en pie para abrir aquellas ventanas a la libertad, su reflexión sobre el presente y sobre el futuro, y dejar un testimonio semilla para la pelea democrática”.

Esta obra audiovisual también reflexiona sobre qué tareas quedan pendientes en el País Vasco, donde “queda mucho por hacer”, según José Mari Alemán. “Basta Ya fue una reacción civil, lo lideramos algunos porque nos tocó. Fue un llamamiento a disputarle a ETA la calle”, indicó Carlos Martínez Gorriarán. Además, apuntó que el colectivo fue consecuencia de "la simbiosis entre el pensamiento crítico y activistas", muchos de ellos también del antifranquismo.

“Queda una lucha necesaria para que no se reestigmatice a las víctimas, que no se entienda la reconciliación como un síndrome de Estocolmo. Porque reconciliarse con aquel que no ha condenado el pasado fanático y violento es una anomalía, moral y política. Y estamos en riesgo de ello”, afirmó Pagazaurtundua.