SEQUÍA

EL PRESENTE AÑO HIDROLÓGICO ES EL MÁS SECO DESDE HACE AL MENOS 120 AÑOS

- Sólo la cornisa cantábrica y ambos archipiélagos se han salvado del "impacto brutal" de esta sequía

MADRID
SERVIMEDIA

El presente año hidrológico que concluye el próximo 30 de septiembre pasará a la historia como el más seco desde hace al menos 120 años, última fecha de la que se tiene registro de las lluvias.

El director general del Agua, Jaime Palop, presentó hoy los datos del balance hidrológico del año, en el que sólo la cornisa cantábrica y ambos archipiélagos han escapado "al impacto brutal" de esta sequía.

La situación, según explicó, se ha podido sobrellevar gracias al período hídrico anterior húmedo que permitió aumentar la cantidad de agua en embalses y acuíferos. "Se ha abastecido a todas las poblaciones y se han atendido la mayor parte de los usos agrícolas y medioambientales", aseguró.

Aún así, actualmente los embalses se encuentran al 37% de su capacidad, un 20% menos que el año hidrológico anterior, y la sequía ha dejado "grandes perjudicados", entre ellos la agricultura de secano -"que ha sido una auténtica catástrofe"-, la ganadería extensiva, y la sociedad en su conjunto y el medio ambiente, afectados por los grandes incendios forestales.

También la mayor parte de las poblaciones han sobrellevado la sequía sin problemas, salvo excepciones como Huesca, -"con problemas serios que se han abordado con obras de emergencia"- los Canales del Taibilla y las ciudades de Ceuta y Melilla, con déficits estructurales.

EL IMPACTO EN LA AGRICULTURA

El informe señala a la agricultura como el sector más afectado por la escasez de lluvias, sobre todo en zonas del Pirineo, en las cuencas internas catalanas, en la del Júcar y en la del Segura, la más afectada de todas.

De cara al próximo año hidrológico, que se inicia 1 de octubre, Palop adelantó diversos problemas, el más importante de ellos la consolidación de la sequía en el ámbito mediterráneo, una realidad que, según aseveró, ni las lluvias podrán resolver.

La precariedad en la Cuenca del Segura no se podrá resolver ni siquiera con precipitaciones medias y supondrá restricciones para la agricultura. Tampoco en la Cuenca del Júcar la lluvia salvaría al sector agrícola de restricciones, señaló.

Las lluvias sí aliviarían la situación del abastecimiento a las poblaciones del arco mediterráneo. Sin embargo, un año seco supondría empezar a hablar de restricciones fuertes para el regadío e incluso de condicionantes para el abastecimiento a poblaciones.

En la vertiente atlántica la situación es más llevadera y las importantes reservas sí servirían para hacer frente a un año seco. No obstante, un ciclo más amplio de sequía supondría problemas para la agricultura y obligaría a vigilar los abastecimientos en ciudades como Madrid, Sevilla, Granada o Jaén.

Por último, el balance recoge la especial situación en Ceuta y Melilla, con unos déficits estructurales que precisan un plan especial de inversión ya en marcha para blindarlas frente a las inclemencias meteorológicas, concluyó Palop.

(SERVIMEDIA)
28 Sep 2005
SBA