Ciencia

Los primeros humanos usaron hombros y codos como freno para bajar de los árboles

- Fue un factor impulsor de la evolución humana temprana, según un estudio

MADRID
SERVIMEDIA

Los hombros giratorios y los codos extendidos que permiten a los humanos alcanzar un estante alto o lanzar una pelota con amigos pueden haber evolucionado primero como un sistema de frenado natural para los ancestros primates que simplemente necesitaban bajar de los árboles sin morir en el intento.

Esa es la conclusión de un estudio realizado por cinco investigadores pertenecientes al Darmouth College o la Universidad Estatal de Ohio (Estados Unidos) y publicado este miércoles en la revista ‘Royal Society Open Science’.

Los investigadores señalan que los simios y los primeros humanos probablemente desarrollaron hombros con movimiento libre y codos flexibles para frenar su descenso de los árboles a medida que la gravedad atraía sus cuerpos más pesados.

Cuando los primeros humanos abandonaron los bosques para trasladarse a la sabana cubierta de hierba, sus versátiles extremidades eran esenciales para recoger alimentos y desplegar herramientas para la caza y la defensa.

Los investigadores utilizaron software estadístico y de análisis deportivo para comparar videos y fotografías que tomaron de mangabeys (pequeños primates) y chimpancés escalando árboles. Descubrieron que hacían esta acción de manera similar, con los hombros y los codos en su mayoría doblados cerca del cuerpo.

Sin embargo, al bajar los chimpancés extendían los brazos por encima de la cabeza para agarrarse a las ramas como una persona que desciende por una escalera, mientras su mayor peso los empujaba hacia abajo.

ESCALADA

Luke Fannin, estudiante de posgrado en el programa de Ecología, Evolución, Medio Ambiente y Sociedad del Dartmouth College, apunta que ese hallazgo está entre los primeros en identificar la importancia de la "escalada hacia abajo" en la evolución de los simios y los primeros humanos, que son más genéticamente más relacionados entre sí que con los monos.

Las investigaciones existentes han observado chimpancés ascendiendo y abriéndose camino por los árboles, generalmente en configuraciones experimentales, pero el extenso video de los investigadores les permitió examinar cómo los cuerpos de los animales se adaptaron a bajar, según Fannin.

"Nuestro estudio aborda la idea de la escalada como un factor infravalorado, pero increíblemente importante, en las diferencias anatómicas divergentes entre monos y simios que eventualmente se manifestarían en los humanos", indica Fannin, quien añade: "La bajada representaba un desafío físico tan importante, dado el tamaño de los simios y de los primeros humanos, que su morfología habría respondido a través de la selección natural debido al riesgo de caídas".

Jeremy DeSilva, catedrático de antropología en el Dartmouth College, recalca que “los primeros simios evolucionaron hace 20 millones de años en bosques dispersos, donde subían a un árbol para obtener alimento y luego bajaban para pasar al siguiente árbol".

"Salir de un árbol presenta todo tipo de nuevos desafíos. Los grandes simios no pueden darse el lujo de caer porque podría matarlos o dañarlos gravemente. La selección natural habría favorecido aquellas anatomías que les permitieron descender con seguridad", subraya DeSilva.

OTROS HUMANOS

Los hombros y codos flexibles heredados de los simios ancestrales habrían permitido a los primeros humanos, como el ‘Australopithecus’, trepar a los árboles por la noche para estar seguros y bajar ilesos a la luz del día, según DeSilva.

Una vez que el ‘Homo erectus’ pudo usar el fuego para protegerse de los depredadores nocturnos, la forma humana adquirió hombros más anchos capaces de formar un ángulo de 90 grados que, combinados con hombros y codos de libre movimiento, hicieron que los antepasados humanos ​​fueran excelentes tiradores con una lanza (los simios no pueden lanzar, precisamente).

"Es la misma anatomía de los primeros simios con un par de ajustes. Ahora tienes algo que puede lanzar una lanza o piedras para protegerse de ser comido o matar cosas para comerlas por sí mismo", indica DeSilva, antes de agregar: “Bajar de un árbol sentó las bases anatómicas para algo que evolucionó millones de años después".

(SERVIMEDIA)
06 Sep 2023
MGR/pai