Así lo subrayó en un comunicado en el que precisó que desde el día del atentado “a primera hora de la mañana” activó diferentes dispositivos de emergencia que estuvieron operativos las 24 horas desde el día de los ataques hasta el 22 de marzo con el fin de “prestar apoyo psicológico” en los Centros de Coordinación de Emergencias, hospitales, Ifema, tanatorios, cementerios, 112 y Summa, comisarías de policía, hoteles y domicilios.

“En este aniversario, recordamos a las víctimas y destacamos la importante labor que realizaron los 948 colegiados y colegiadas que formaron parte de los dispositivos de emergencia que puso en marcha el colegio aquel 11 de marzo de 2004 y los profesionales de la Psicología de distintos servicios públicos de salud”, abundó, para valorar que “todos se volcaron en atender durante esos duros momentos a las personas afectadas”.

A este respecto, precisó que, además de heridos, familiares y allegados de las personas fallecidas, también requirieron asistencia psicológica como consecuencia de los atentados vecinos de los lugares donde se produjeron, estudiantes de colegios cercanos y profesionales que ayudaron, como policías, bomberos, psiquiatras, médicos, enfermeros, trabajadores sociales y periodistas, entre otros.

De hecho, calculó que “tres cuartas partes” de la asistencia telefónica que realizaron la prestaron a personas que “no vivieron los atentados de forma directa pero que se sentían afectadas” y explicó que los síntomas “más comunes” de las personas que necesitaron asistencia fueron episodios de ansiedad, reacciones fóbicas y estrés agudo, llegando a darse casos de mutismo.

ATAQUES DE PÁNICO

“Muchas tuvieron ataques de pánico, dificultades para dormir y pesadillas, además de evitar recibir información sobre los atentados y esquivar las zonas donde ocurrieron”, agregó el colegio, cuyos colegiados, además, elaboraron documentos técnicos y guías de libre acceso para “facilitar información y evitar un mayor colapso asistencial” ante la “demanda” de asesoramiento psicológico.

En este sentido, puntualizó que, ante un evento “inesperado y de tal magnitud”, el factor humano “fue fundamental” y los profesionales de la psicología “supieron responder a la llamada de la sociedad madrileña y española realizando una gran labor de atención a los afectados” con el “objetivo común” de atender las secuelas psicológicas de “todas las personas afectadas directa e indirectamente y de las que intervinieron”.

“Una vez más y en esta fecha tan señalada para la sociedad española, mostramos nuestra solidaridad con las víctimas y sus familiares, así como nuestra admiración hacia los psicólogos de Madrid que se volcaron en atender a todas las personas que necesitaron intervención psicológica ante esta catástrofe”, apostilló, convencido de que su labor “permanecerá en la memoria de la ciudadanía madrileña y española”.