Los socialistas apostaron antes del inicio de la campaña electoral en que ésta debía conjugar los mensajes en clave nacional y aprovechar el tirón en Galicia que recibió Pedro Sánchez en las elecciones generales del 23-J sin perder de vista la situación gallega porque esta es una comunidad con arraigo territorial.

Sin embargo, fuentes tanto del PSOE como del PSdeG reconocen que los derroteros por los que ha ido la campaña con fuerte presencia de las disputas nacionales han podido ir en su detrimento porque esta 'nacionalización' de la campaña les ha perjudicado y ha dado mayor vía libre para el BNG ante una polarización PP-PSOE.

En las filas socialistas admiten que hay trasvase de voto progresista al BNG porque se llevan la clave del voto útil de los que los que buscan el cambio en Galicia y poner fin a 15 años de gobierno del PP al frente de la Xunta de Galicia.

Tanto en la federación gallega como en Ferraz se aferran a que lo importante es que la suma de los dos partidos de izquierda alcance los 38 diputados y que si no se llega a esta cifra no sea por un descenso de los socialistas.

Cabe recordar que el PSdeG ya obtuvo su peor resultado histórico hace cuatro años -porcentaje de voto más bajo- repitiendo los 14 escaños de 2016 y que no hay encuestas de los últimos días que den que superan esa cifra.