Los delegados prorrumpieron en una prolongada ovación al secretario general cuando escucharon ese final, hecho que obligó a González a saludar varias veces desde su lugar en el escenario del Palacio de Congresos. También se le pudo ver charlando con Alfonso Guerra, que aplaudió el informe del `número uno, que antes había contemplado impasible como González reconocía que el partido llega con "tensión" al Congreso o ue "nada tiene de especial que lleguemos a este congreso hablando de renovación".

Sobre este particular, González hizo una encendida defensa de esa renovación para afrontar los nuevos problemas de la gente y porque es posible seguir conjugando el papel depositario de las tradiciones de izquierda, "que el PSOE debe seguir teniendo", matizó, con una defensa del pragmatismo de los nuevos tiempos: "Toda esperanza que no se funde en la realidad corre el riesgo de frustrarse", advirtió.

En la última pate de su discurso, Felipe González expuso su idea del modelo de partido que quiere tras este 33 Congreso: "desde la lealtad", matizó, a un partido de izquierda no le debe ser ajeno el hacer "autocrítica".

Con contínuas referencias a la necesidad de "renovación", una advertencia: "si somos capaces de organizar nuestra casa, los demás (objetivos) serán complejos pero alcanzables", porque "la vida del partido no es la vida del PSOE dentro de la organización, sino la del PSOE con respecto a la sociedad". A partir de estas premisas, Felipe Gonzalez intercaló, a lo largo de una hora aproximadamente que duró su intervención, la defensa de la labor de su Gobierno y de la Ejecutiva saliente.

Así, dijo que los pactos con los nacionalistas son de "gran trascendencia" por lo que contribuyen a la cohesión territorial de España. "No os oculto", añadió, que aunque pactos con Izquierda Unida son posibles en un futuro, hoy por hoy concepciones "completamente distintas" de Europa y de política económica impidenese acuerdo.

"LA MONSERGA DEPRIMENTE"

Reiteró que España está saliendo de la crisis, a pesar de "la monserga deprimente y fatalista que tanto abunda," y advirtió que el Ejecutivo seguirá apostando por la competitividad como motor de la economía y clave para crear empleo.

Sí despejó la duda sobre el Estado de Bienestar, al que van referidas buena parte de las 8.000 enmiendas presentadas a la ponencia marco del 33 Congreso: El Estado seguirá dedicando "altos porcentajes" del PIB para Educación, Snidad o protección al desempleo, pero depurando las "impurezas" adheridas en los doce años de gestión socialista (fraude al PER, elevado gasto farmacéutico) e inculcando la necesidad de eliminar el fraude fiscal.

González recordó también que en el `impulso democratico' su Gobierno quiere salir adelante con el compromiso que él adquiríó ante los espapoles en la noche electora, pero las interpretaciones "perversas" de la negociación que hace el PP (no le citó, en referencia a la exigencia popular de quelas vacantes institucionales estén ligadas a RTVE o las comisiones de investigación) están entorpeciendo el proceso.

El secretario general del PSOE anunció que es partidario que las resoluciones del 33 Congreso incluyan alguna fórmula transitoria que vayan en la dirección de la "democracia paritaria", de igual presencia de hombres y mujeres en cargos de representación.

Afirmó que el hecho de que dos millones de españolas se hayan incorporado al mundo del trabajo en los últimos ocho años, o que acualmente en la Universidad haya más mujeres que hombres, "es señal de que algo profundo está cambiando en la sociedad.

También se mostró partidario de introducir en las resoluciones referencias de medio ambiente, pero que no pongan en pelirgo la supervivencia de las empresas.