PSOE. IBARRA ACUSA A MIEMBROS DEL PARTIDO DE "CARGARSE" A CORCUERA
- El presidente extremeño recibió fue el más aplaudido de la tarde
- Acusó a los nacionalistas de "deslealtad constitucional"
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El presidente de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, acusó a "algunas personas del partido" de hacer una campaña en contra del ex ministro del Interior, José Luis Corcuera, para apartarle de cargos de responsabilidad dentro del PSOE.
Ibarra aseguró ue "las actuaciones desde el exterior y desde el interior del PSOE han impedido que algunos compañeros ocupen el puesto que les corresponde por su valía".
Señaló, sin nombrar a Corcuera, que la carga lanzada contra el ex ministro le ha alejado, casi con seguridad, de ocupar un puesto en la dirección del partido, cuando su nombre sonaba con insistencia para ocupar la Secretaría de Organización, y le definió como uno de los politicos más brillantes y con más futuro del PSOE antes de que saliera a la luzel escándalo de los fondos reservados.
El presidente extremeño recalcó que este tipo de actitudes fratricidas dentro del partido son "absolutamente inadmisibles" y expresó su deseo de que no vuelvan a repetirse en el futuro.
Al acabar la intervención de Ibarra, Corcuera salió al pasillo y se negó a valorar las palabras del líder guerrista, limitándose a admitir que había "hecho una referencia amable que yo le agradezco".
La intervención de Ibarra, que había despertado gran expectación entre os delegados, arrancó las ovaciones más cerradas y calurosas de toda noche. Los asistentes al 33 congreso del PSOE le interrumpieron en cinco ocasiones cuando hablaba del futuro del Estado de bienestar y de las alianzas con los nacionalistas.
Ibarra, en una intervención muy crítica pero medida, según los asistentes, reclamó para el partido la función de comunicar los proyectos políticos del PSOE a la sociedad.
A su juicio, es el partido y no los ministros quienes tienen que trasladar los debateslas soluciones a los ciudadanos porque en caso contrario se corre el peligro de que se desaten polémicas tan intensas como la provocada por el ministro de Economía, Pedro Solbes, sobre el dudoso futuro de las pensiones.
NACIONALISTAS
El presidente extremeño hizo una defensa apasionada del Estado de bienestar que enardeció a los delegados y dijo que el mantenimiento de las ventajas sociales de este sistema "no es una cuestión de economía sino de voluntad política". Esta visión fue calificada de "demgógica y populista" desde las filas renovadoras.
También criticó la política autonómica que se basa en las cesiones continuas a las peticiones de los nacionalistas porque "a diferencia de lo que ocurre en Alemania los nacionalistas españoles no tiene lealtad constitucional".
No obstante, dijo estar convencido de que el Gobierno socialista no cede a los "chantajes" de los nacionalistas porque González nunca aceptaría este tipo de relación y pidió el cierre, en el plazo más breve posible, del proceo autonómico.
Defendió también la primacía de la ideología sobre el pragmatismo y recordó a González que si el presidente del Partido Socialista, el veterano Ramón Rubial, estuvo veinte años en la cárcel "fue por sus ideas, no por su pragmatismo".
(SERVIMEDIA)
18 Mar 1994
SGR