Fuentes del PSOE consultadas estos días por Servimedia, en las distintas federaciones creen que la campaña ha logrado la movilización del electorado socialista y también del progresista o de izquierdas que, reconocen, necesitan para evitar la suma en los partidos de la derecha, una derecha que ya estaba “muy movilizada” desde antes de la campaña electoral.

A eso responden las llamadas a la movilización "en masa" de los últimos días y la apelación a la suma de los votos en partidos de izquierdas, porque en las filas socialistas consideran que "ganar es gobernar".

Se muestran “contentos” porque creen que han hecho una “buena” campaña centrada en explicar la gestión, trufándola con los anuncios del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, medidas con las que buscaban mostrar que sus compromisos se hacen “realidad”, reivindicar la “política útil” frente al "ruido" y la política "estéril" de otros.

Consideran que el PP ha ido “entrando” en el “marco” del PSOE cuando comentaban las medidas anunciadas por Sánchez, o incluso al criticar que el presidente haya ido dando cuenta de ellas en actos del partido.

No obstante, reconocen que “concedieron” al Partido Popular tener que salirse de la estrategia fijada ante el asunto de las listas electorales de EH Bildu denunciadas por Covite y responder a ese marco electoral. Aunque admiten el “daño” que este asunto puede despertar en algunas regiones como la Comunidad de Madrid, donde la presidenta y candidata del Partido Popular, Isabel Díaz Ayuso, lo ha hecho hilo de su campaña de “confrontación”, dicen en el PSOE, contra Sánchez y su “disputa interna” en el PP con Alberto Núñez Feijóo.

Un "ruido" de la política nacional que salpicó en todas las federaciones socialistas y a la, con más o menos interés, entraron a responder pero que apuntan a que el PP "estiró" tanto el asunto que lo único que benefició fue al voto hacia Vox y evidenció la "guerra" Ayuso - Feijóo.

En las federaciones socialistas coinciden en destacar el “buen ambiente” que han visto en sus filas en esta campaña y que, dicen, les hace dudar del resultado en las urnas pronosticado en las encuestas. Aunque sí apuntan a que, como avanzan los sondeos, la situación post electoral dependerá de la movilización y el resultado en otras formaciones de izquierda y que la suma tras el 28-M permita la reedición de actuales o nuevos gobiernos de coalición y frustre alianzas en los partidos de la derecha.

Durante toda la campaña, Sánchez, que se ha comprado en el terreno que es el "mejor activo" que tiene el partido para sus filas, se ha mostrado seguro de que el PSOE volverá a ser primera fuerza en las elecciones del 28-M como lo fueron en las del 2019 y que el horizonte para las generales de final de año no será como lo pinta el PP de “cambio de ciclo”.

Así las cosas, en las filas socialistas consideran que incluso puede darse alguna “sorpresa” en capitales como Vitoria, Girona, Palencia o Tarragona, que pueden compensar las pérdidas de enclaves como Granada o Segovia.

Porque, consideran, mantendrá el bastón de mando en Sevilla y Toledo, auguran incluso mayorías absolutas en Valladolid o Soria y, con alianzas de izquierdas, no se resignan a Málaga o incluso a Valencia, donde prevén una “pelea dura entre bloques”.

En las últimas horas, en el PSOE lamentaban el "juego sucio" de la derecha, aireándose casos de presunta compra de voto e investigaciones judiciales, como la que atañe al secretario de Organización del PSOE en Andalucía son "artimañas" contra la desmovilización por los "nervios" en las filas populares a que el PSOE "resiste".

Lo que sí ha preocupado en el PSOE en esta recta final de campaña es que se haya alimentado la tesis de un "posible fraude" en las elecciones y les hacen temer que se emplee ese recurso , que dicen que pone en riesgo la democracia, si el resultado no le es favorable al PP después de todas las perspectivas de cambio de ciclo que han fijado con estas elecciones cara a las generales de final de año.